Capítulo 1:Tranquilidad

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–Oye teme ¿dónde pongo estas cajas?–pregunto el rubio a su esposo.El pelinegro entro por la puerta con otras cajas más y las dejo en la entrada de la puerta.

–Ponlas donde sea, dobe.Mejor apresurate, los del camión nos cobraran por una hora extra.Y esos son otros 100 dólares más.

–¡Oh tienes razón! Son unos estafadores–dijo el rubio dejando las cajas e irse para traer más, pero antes de salir por la puerta fue detenido por el pelinegro.

–Mejor quédate, dobe, podrías cansarte de más.Yo haré el resto–dijo con preocupación a lo que el rubio formo un puchero.

–Aaa ¿por qué!–interrogó ofendido, el pelinegro miro hacia el vientre del rubio–Apenas tengo tres meses, no creo que le haga daño solo por que voy cargar unas cajas.

–Las ultimas son más pesadas, siéntate en el sillón y descansa–ordenó haciendo que el rubio le viera con ojos de "¿es en serio?"–Es por tu bien y la de mi hijo.Ni se te ocurra moverte de aquí–dijo serio yéndose.

–¡Siempre me dices eso desde que nos dieron la noticia! ¡Quiero ayudar!–grito lo demasiado fuerte para que el pelinegro lo escuchara.

–¡No seas necio dobe y mejor descansa!–respondió el pelinegro.

–¿Al menos puedo ayudar con el equipaje del auto?–pregunto sin obtener respuesta, pero para el rubio fue un sí.

Se levanto con una sonrisa, al salir de la puerta, el pelinegro que cargaba las últimas cajas lo vio seriamente, el rubio infantilmente le saco la lengua para después ignorarlo e ir al auto negro.

Lo primero que vio fue a su niño, el pequeño aún no había despertado  y seguía en los asientos de atrás del coche.Decidio dejarlo seguir durmiendo, el viaje había sido muy largo, más de cinco horas en carretera y todo porque el pelinegro no había querido ir en avión, diciendo que tal vez volvería a suceder como la primera vez que Naruto se subió a un avion.El rubio al recordarlo, sus mejillas se tiñeron de rojo, había hecho un escándalo, además de vomitar en el pasillo.

¡Qué cringe! Pensó moviendo su cabeza, tratando de olvidar ese momento embarazoso.

Abrió la puerta trasera del coche, y saco su gran maleta.Antes de salir, acarició con cariño la cabeza de su hijo.

Vio como su esposo les acaba de pagar a los del camión, le miro otra vez serio pero el respondió con una sonrisa juguetona.Volteo su mirada a la gran casa y suspiró.

Había pasado mucho tiempo, para ser más exactos, unos cinco años desde la ultima vez que la había visto.

Se habían ido por el trabajo del pelinegro hacia otro país, y ahora habían regresado a pedido del pelinegro.Primeramente lo tomo de sorpresa pero luego se puso feliz.

Era la primera casa que habían comprado un año después de casarse y vivir en un pequeño departamento.Era la casa donde habían escogido para formar una hermosa y feliz familia.

Al ver hacía una ventana pensó ver una sombra oscura, y un mal presentimiento se formo en su pecho.Sintio como el viento había aumentado haciendo mover su cabello, escuchaba caer las hojas secas al piso, hasta escuchaba su propia respiración.

La puerta del coche se abrió haciendo sobre saltar al rubio.Se dio la vuelta viendo como su hijo salía del auto y se tallaba los ojos.

–¿Papi? ¿Ya estamos en casa?–pregunto el menor aún adormilado, el blondo sonrió.

–Sí, cariño.Mira...–se hizo aún lado–¿La recuerdas?–pregunto a lo que el menor negó con la cabeza, el rubio lo vio confundido–¿No? Bueno, eras muy pequeño y sigues siendo pequeño–rió–Saca tus juguetes del auto y entremos.

Impostor (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora