Capítulo 5

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Hermosa siéntate no quiero que te caigas y te lastimes, malditos paparazzi se supone que ya soborne a casi todas esas revistas de mierda de este Estado que viven de la vida de los demás.

La joven se sienta con cuidado sin poder aun abrir los ojos, pero aun tiene la imagen guardada en su cabeza de que reconoció a aquella mujer que sostenía la cámara desde el techo del pequeño edificio de enfrente, era la rubia de aquella pastelería.

—Si... estoy bien solo dame un momento por favor – La joven aun quedo deslumbrada por el reflejo y esta enfadada por lo ocurrido.

—Maldita sea ¡Mayers! Responde pedazo de basura... ¿Por qué tardaste en responder el maldito teléfono? Dime que pudieron atrapar a esos dos del techo... ¿Qué?... ¿A que te refieres con que saltaron del edificio?... SON UNOS INCOMPETENTES, ESPERO QUE ESOS DOS HIJOS DE PUTA HAYAN MUERTO – Cuelga bruscamente y toma asiento, tomando de las manos a la joven que aún mantiene los ojos cerrados por lo ocurrido —Te lo voy a recompensar mi amor esto solo fue un contratiempo menor, no te angusties dime que quieres y te lo doy para que no estés así.

La joven presiona las manos de aquel hombre y abre los ojos pero al mismo tiempo se le forma una sonrisa.

—Bueno ya que insistes si quiero pedirte algo – La sonrisa de la joven fue algo maliciosa ya que iba a aprovechar al cien este infortunio que mas para ella fue mas oportuno.

Se le acerca al oído para decirle lo que quiere como compensación por lo ocurrido, él escucha atentamente moviendo la cabeza confirmando todo lo que aquella joven desea.

En seguida preciosa hoy mismo tendrás cada una de tus peticiones – Saca nuevamente su teléfono y hace varias llamadas para que su personal vaya y consiga lo que la joven de ojos azules a pedido.

Ambos comen en aquel restaurante mientras ella ríe de cada estupidez que dice aquel hombre con una risa tan convincente digna de una actriz, salen del lugar suben al auto y el señor Lain le indica a su chofer que se dirijan a un hotel de 5 estrellas, en el viaje la joven no dice absolutamente nada como si estuviera perdida en sus pensamientos hacen unas pequeñas paradas para recoger algunas de las peticiones que había hecho, abrigos de piel fina, joyería, jarrones costosos, hasta un perro de raza chow-chow entre otras cosas; la joven recibió todo con un falso interés y una sonrisa, al seguir el camino se encontraron con un lento transitar en la carretera, el señor Lain no paraba de hablar de lo exitoso que era y que nada era imposible para él haciendo mas insufrible el camino, la joven miro por la ventana para mirar el lento transitar y noto que en el vehículo de alado iba aquella chica rubia que conoció ese mismo día, ella solo miraba su teléfono sin prestar atención a su alrededor, la ojos azules miro con curiosidad y asombro de volverla a ver pero noto que el vehículo se desvió hacia otro lado, para dirigirse a un camino que lleva a un hotel de buena reputación no tanta como al que se dirige ella.

El señor Lain noto el interés de la joven a algo que miraba afuera y no dudo en preguntar.

—¿Viste algo de tu interés preciosa?

La joven da un sobre salto, se asusto ya que iba concentrada de a donde se dirigía aquella mujer rubia.

—Eh... si me llamo la atención aquel hotel que se ve a la lejanía, lo ves... ese de allá.

—mmmmmm no reconozco ese hotel, deja pregunto... ¡Mayers! ¿nuevamente tardas en contestar inútil?

—Señor lo lamento estoy conduciendo delante de usted hoy me toca ser escolta al volante.

—No me interesa eso, dime el hotel que esta a tu derecha ¿Cuál es?

—Me parece que es el hotel Emerald tiene una calificación de 4 estrellas se... – El señor Lain corta la llamada antes de que termine de hablar su guardaespaldas.

Quiero ser amada toda la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora