"Puede que aunque mis sonetos sean sinceros me suenen más severos
Intente guardar mi corazón en el poderoso coletero
Amarrado cual traidor en las fauces del cancerbero
Prisionero de su arte y distante es mi desplante escénico
Patético y frenético mi escrito implícito escondido tras la oscuridad del tintero"Eran las 4 de la tarde y sentado en una esquina del gigante camarín se hallaba el escondido el estudiante de intercambio del instituto Teikoku, mismo que acababa de finalizar sus clases semestrales, y el último entrenamiento del que el chico estaba descansando era prueba de ello.
Tenía la costumbre de, una vez que el entrenamiento diario hubiera finalizado, ubicarse tranquilamente en una esquina de los camerinos y dejar que su mente fluyera con las palabras, con su libreta como única compañera y fiel guarda secretos de sus verdades más sinceras.
Tan efímera era su tranquilidad que el mismo intuía la rapidez de su fin, puesto a que unos pasos resonaban a la distancia, la fuerza de los mismos y su ruido aumentaban de frecuencia, dejando claro que alguien se acercaba.
Ichirouta Kazemaru ya sabía de quién se trataba, pero su atareada vida no le permitía intuir cuales eran las intenciones de la persona que intrepidamemte buscaba interrumpir su preciado tiempo solitario, del que cada vez le quedaba menos.
Alcanzo a guardar su libreta en su mochila y se paró, intentando aparentar naturalidad en sus movimientos, pero el chico de cabellos celestes era aveces tan puro que su lenguaje corporal lo delataba cuando deliberadamente quería engañar a las personas, puesto a que no lo hacía nunca.
—Hasta que te encontré—
Sus sospechas eran ciertas, y así se corroboró una vez Akio Fudou cruzó la puerta y se mostró de pies a cabeza ante el introvertido defensa del equipo.
—¿Que haces aquí a estas horas? Tenemos que irnos—
Su tono era naturalmente agresivo.
—¿Irnos? ¿A donde?—
Preguntaba confundido Kazemaru, mientras se incorporaba y ponía su mochila en su espalda.
—No me digas que no lo recuerdas—
El rebelde levantó una ceja, incrédulo de la mala memoria del aplicado peliazul, sabía que no se le pasaban los detalles nunca, por lo que desconfío inmediatamente de el al mostrarse confundido.
—No, se supone que estamos de vacaciones ahora, ya no hay nada que hacer—
Contestó el defensa, caminando con obvias intenciones de evadir cualquier conflicto con Fudou.Pero este último, cansado de la indiferencia habitual del defensa, fuertemente lo tomo del brazo, intentando demostrar que quien tenía las riendas de la conversación no era otro más que el mismo.
—Te refrescaré la memoria: ¿Recuerdas la apuesta que hice con el idiota de Sakuma el último partido?—
Preguntó Fudou, manteniendo su agarre.
—Eh... El de que si perdíamos y era culpa de Sakuma...—
La mano derecha de Kageyama intentaba recordar, esperando a que el contrario completara la idea.
—Si perdíamos, y lo hicimos, y era su culpa, que lo fue, el nos acompañaría a ese concierto de la música que el más detesta—
Los recuerdos no llegaban a la cabeza de Kazemaru, el chico no sabía aún si todo eso era otra de las bromas constantes de Fudou, o de verdad sufría de memoria a corto plazo.
—¿Entonces dónde iremos?—
Preguntó el defensa.
—Genda y Sakuma nos esperan afuera, que bueno que ya te cambiaste de ropa, no me gustaría ir a un concierto con alguien que viste un uniforme tan llamativo—

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Mejor viajar que llegar - Inazuma Eleven
FanficSakuma había perdido una apuesta con Fudou en la final del campeonato fútbol frontier, a causa de eso deberán viajar los 4 a un evento musical odiado por el moreno. ¿Quién diría que el simple viaje sería lo más extraño de todo el día? ¿Que es lo que...