Japón, era un territorio tan místico y desconocido que los demás países no formaban parte de su historia.
Ciertamente sus culturas y creencias eran tan distintas como otras.
Muchos de la región querian apoderarse de una zona en especial llamada Tokio está estaba formada por miles de calles de tierra o piedras lisas en las que la gente circulaba tranquila gracias a la grandeza de sus guerreros.
Pero la calma de estos no permanece ya que el ejército proveniente de china, estos cruzaron tierra y mar para llegar al territorio, si conquistaban Tokio podrian adueñarse de todo Japón.
Al frente, el más fiero de los guerreros llevaba el mandó, este esperaba poder tomar desprevenidos a los japoneses, esto fue el Consejo de el segundo al mandó, pero ciertamente este no tenía una pizca de paciencia.
Primero largo a la caballería y los samuráis, luego Ballestas impulsando una lluvia de flechas sobre sus enemigos, al ver que tenian ventaja se largó a la acción dejando a su seguidor que observará y dirigiera a los guerreros.
Este era un joven con cabellos largos, unos potentes ojos verdes que brillaban con la luz del sol esto le hacía muy mal a su vista asi que siempre llevaba puesto un sombrero de mimbre.
Sus ropas eran una túnica blanca con bordados que el mismo rey mando a crear a sus sirvientes en honor a la primera batalla ganada.
Ahora mismo les ordenó a los soldados restantes que esperasen a que los contrarios diminuyeran un poco un fueran unos cuantos.
Luego de un rato parecía que China había ganado pero, derrepente, se agregaron luchadores japoneses, esto se lo imaginó.
Levanto la bandera representante de su país en señal de que era la última orda.
Miles de chinos fueron a luchar, cortadas, choques, gritos, y flechas sonaban ferozmente.
Minutos después no quedaban guerreros japoneses eso era el final... O pensaron los desgastados hombres.
Derrepente cañones de pólvora, lanzas y miles de espadas se blandian hacia el cielo.
Ya no quedaba más que seguir y ganar o morir en el intento, pero al instante de la orden una espada se encontraba en el cuello de mousse, este no le temia a la muerte asi que se dispuso a seguir con su acción.
Derrepente su boca fue cerrada bruscamente.
Un flechazo y su mundo oscurecido frente a sus ojos....
Al despertar se encontraba maniatado en una carreta, que rebotaba a cada instante por los baches.
A su lado muchos de sus hombres y otras personas desconocidas se encotraban en su mismo estado.
El transporte paró de golpe produciendo que este quedará contra una de las paredes.
Un hombre grandoto, de mucha musculatura empezó a bajar a las personas y colocarles grilletes mientras los obligaba a caminar, a el también le tocó.
En un arrebató le quitaron el sombrero, los rayos solares se filtraba en sus ojos cansados.
Adelante los prisioneros estaban siendo vendidos en un tipo de escenario de madera.
No se dio cuenta cuando fue su turno hasta que sintió un tirón haciéndole perder el equilibrio, ya que las cadenas en sus pies no eran tan largas como para un pasó largo.
El hombre empezó la subasta.
Subastador= aquí les traemos los nuevos prisioneros, pues que sus apariencias no les engañen aún que sean tan delgados no significa que sean unos debiluchos, además miren está calidad. Empezó a rodear a el joven chino, mostrando sus piernas, brazos, torso, rostro y todo lo que pudiese llamar la atención de las personas, asi se ganaba a sus compradores.- además no me van a decir que no tienen buenos rostros jajaja... La ofertas que empiezen ¿cuanto dan?.
?= te daré 50 monedas de oro por el
?= yo te daré 51 monedas de oro 10 de plata y 15 de cobre. Dijo otro hombre que peleaba con el anterior.
?= ja, ese esclavo va a ser mío patanes, doy 60 monedas de oro, 30 de plata y 10 de cobre. Este sonrió triunfante.
Subastador= ¡¡muy bien!! Tengo 60 de oro por aquí alguien da ¿¡70!?.
Otras personas estaban por levantar las manos cuando uno llamó la atención de todos, estos se arrodillaron.
Su pasó era lento y elegante en la multitud. Sin dirigir palabra mostró una bolsa que debía contener más o menos 500 monedas.
El vendedor al ver esto tomó aquel sacó haciendole señas a su sirviente este cargo a Mousse a una carroza muy elegante la cual después de ser dejado con cuidado en esta, el señor al cual llamaron rey se subió, y los caballos empezaron a trotar alejandolos de allí.
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cuidando a su majestad
FanfictionKuno, es el hijo del señor Kawasaki kuno, rey de una pequeña parte de Japón que fue ganando territorios con el tiempo, y con esto nuevos esclavos, este necesita una niñera para su hijo¿dónde la conseguirá?. Los personajes no me pertenecen Jaajaj. ku...