Siento mucha rabia, no con el mundo, ni con quienes lo rodean, es contra mi mismo. Por mucho tiempo pensé que ya no tenía sentimientos de culpa, de odio o de pena. Pensaba que todo estaba mejorando o eso quería proyectar para que dejen de preguntarme que es lo que me afecta porque realmente no quiero hacerle frente a esos pensamientos. No quiero hablar de ellos, no quiero que me juzguen, no quiero que me digan qué debo hacer cuando nadie sabe cómo se siente estar en mis zapatos.