The Arrangement

Capitulo 7

Tony se despertó con el sonido del agua, un chapoteo que lo sacó lentamente de su sueño, pero su cerebro se sentía inactivo. Rodó sobre su frente, se retorció en sus sábanas y gimió ante el brillo que entraba por la ventana. ¿Por qué Viernes no había ennegrecido las ventanas?

¿Y qué fue ese sonido?

Tony abrió los ojos de par en par para ver una descarga de agua azul desde su ventana: el agua de la piscina infinita y el mar y el cielo cristalino de arriba. Bora Bora. Por supuesto. Todo volvió a él en un instante. Eso también significaba...

En ese momento, Peter apareció en el borde de la piscina y se levantó con gracia. Tony se congeló al ver el agua rodar por la tonificada espalda del joven y por sus musculosos brazos. Se volvió y se sentó en el borde de la piscina, con las piernas colgando en el agua y se pasó una mano por la cara, inclinando la cabeza hacia atrás y moviendo los dedos hacia atrás por su cabello empapado. Tony se sintió sin aliento cuando sus ojos traidores se deslizaron por el cuello delgado del niño y por su pecho.

El chico parecía un maldito modelo de trajes de baño con pectorales delgados y tonificados, una cintura delgada y abdominales que su mente tonta le recordaba que había tenido bajo sus labios. Un disparo de excitación lo recorrió y Tony gimió, agarró una almohada de repuesto y se cubrió la cabeza.

Se había dicho a sí mismo que su reacción cuando Peter hizo la cinta era simplemente el hecho de que estaba imitando el sexo. Tenía muchas ganas de creer en sus propias palabras: su cuerpo solo estaba reaccionando a tener otro cuerpo cálido contra el cual frotarse, pero con una imagen perfecta del cuerpo húmedo y bañado por el sol de Peter grabada en su mente, tuvo que admitir para sí mismo que era atracción sexual.

"Maldita sea", pensó Tony, agarrando la almohada con más fuerza sobre su cabeza. ¡El chico tenía 16 años! Una voz en el costado de su cabeza, la que generalmente le decía que otro whisky era una buena idea, racionalizó que el chico promedio de 16 años no se parecía a Peter. Los chicos típicos de 16 años eran gordos comiendo hamburguesas con queso, jugando en PlayStation, idiotas, no inteligentes y divertidos con el cuerpo de Adonis y la capacidad de patear el trasero de un súper soldado.

Sin embargo, no hizo ninguna diferencia: el chico tenía 16 años.

"Señor Stark, lo siento si lo desperté. No podía dormir debido a la diferencia horaria y el agua se veía tan bien", escuchó Tony. Le dio al chico un pulgar hacia arriba sin quitarse la almohada de la cabeza y suspiró.

"Supongo que me voy a levantar", murmuró para sí mismo.

Tony se puso el jogging que había tenido el día anterior y se dirigió al área principal de la villa. En la encimera de la cocina había fruta fresca, cereales y yogur que definitivamente no estaba allí la noche anterior. Miró hacia la mesa del comedor y vio todas las cosas de la tienda que le había pedido a Pete que volviera a poner la noche anterior.

"Has estado ocupado", dijo Tony saliendo a la terraza comiendo una rodaja de fruta del dragón.

"Me levanté muy temprano", dijo Peter, volviendo a meterse en el agua y nadando hasta donde Tony se acercó. "Así que pensé en dar una vuelta por el lugar y ver cuál era el trato. Encontré cocinas y restaurantes, mucha comida, un par de bares enormes, canchas de tenis, un gimnasio, un spa... incluso un cine, este lugar es enorme. Además, necesitaba el protector solar, probablemente ya estoy quemado por el viaje a la tienda".

"No es demasiado tarde para que vayamos a Siberia", bromeó Tony.

"Ya he recogido las aletas ahora, así que..." dijo Peter encogiéndose de hombros y sonriendo.

"Ah, tendremos que quedarnos entonces", sonrió Peter, mirando a Tony desde el lado de la piscina. Su sonrisa vaciló y miró hacia abajo.

"Estaba demasiado asustado para encender mi teléfono", admitió Peter.