Jungkook estaba hecho mierda, los pensamientos de su cabeza le estaban dando una ansiedad terrible, no podía sacarlos de su mente por más veces que negara con la cabeza o por más veces que se susurrará así mismo que las cosas estarían bien. Tenía miedo, el tren de la ciudad era un lugar tan grande y lleno de gente, que a cada paso que daba sentía las miradas perdidas y despectivas de la gente, esos ojos brillantes lo seguían a donde quiera que fuera a parar, no podía hacer nada más que esconderse en su sudadera y bajar la mirada, en casos de extrema angustia como la que estaba sintiendo ahora, corría a toda velocidad, escapando de cosas que su mente solo imaginaba.
Sus piernas cosquilleaban a cada zancada que daba, no sabía a dónde se dirigía pero tampoco le importaba mucho ya que todos los lugares del mundo, probablamente eran peor o iguales, pero tenía la leve esperanza de que mientras corría, tropezara y cayera a las vías del tren, siendo por fin la muerte, el lugar o el estado más tranquilo del mundo.
Ya estaba pensando en suicidio de nuevo.
Necesitaba un poco de cigarrillo, quería calmarse.
Con la respiración agitada salió de la estación trenes y el cielo ya comenzaba a oscurecer, los tonos morados indicaban que ya eran más de las 5 pm y que pronto la vida nocturna comenzaría, dando lugar a brillosos edificios, personas sospechosas y sonidos extraños. Dando tropezones se dejó caer sobre una acera, bajo un faro que con su tímida lucecilla alumbraba parte de la calle y sus manos, que temblorosas sacaron un cigarrillo del paquete.
"Este es mi octavo cigarrillo en el día" pensó mientras prendía un cerillo y lo acercaba a la punta de su perdición, aspirando con gran presteza aquel tan ansiado veneno para cuerpo.
Era adicto, pero a nadie le importaba.
Una tras otra colilla comenzaban a caer sobre los pies de Jungkook y cuando menos se lo esperaba, ya estaba aspirando el último cigarrillo de su caja. Pensaba disfrutarlo lo más que pudiera, pero justo cuando se disponía a calar, unos ojos más brillantes que la propia luna lo estaban mirando.
-¿No crees que ya has fumado bastante? -hablo la persona que poco a poco se acercaba a Jungkook, la luz del poste comenzaba a alumbrarlo poco a poco, solo era un chico con cabello rosa y un gran suéter rojo.
-No es algo que te importe -contestó él.
-Tienes razón, pero venía a ofrecerte otro cigarrillo a cambio de un poco de fuego.
Miro su ahora colilla y sintió que todavía necesitaba otro paquete para poder calmarse, haciendo una mueca sacó su caja de cerillos y evitando esa brillosa mirada, estiró la mano.
-Muy amable.
Él desconocido sin previo aviso se sentó a su lado y sacó su cajetilla, ofreció un cigarrillo a Jungkook mientras que el mismo se metía uno a la boca. Jungkook tomó uno y de repente el fuego alumbró demasiado cerca su cara, pero no se inmutó y solo se dejó mimar, el desconocido había prendido su cigarrillo y ahora el suyo propio.
-¿Que tanto fumas diario? -hablo el chico de cabello rosa, ahora que Jungkook reparaba en su cara, tenía unas facciones casi como de muñeco de porcelana, labios rechonchos, ojos pequeños y rasgados, una nariz respingada y unas mejillas bonitas.
-Más de lo que tú alguna vez te meterías en la vida
-No será más de lo que respiro diario por estos rumbos -reto el chico.
Jungkook miró confundido a los ojos del pelirosa y reparo en donde estaba, las calles sucias, el constante sonido de tacones y los borrachos pasando por la acera de vez en cuando, solo indicaba que estaba cerca de una zona donde se ofrecían vicios, como la bebida, drogas y sexo.
-Trabajas por aquí? -Pregunto Jungkook ahora un poco más interesado y sorprendido de que alguien con una cara tan infantil trabajará de sexoservidor.
-Solo soy bartender -hablo tímido el chico mientras se terminaba su cigarrillo y lo aventaba lejos.
-Soy Jungkook
-Soy Jimin
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cherry flavoured ; Kookmin
Fanfiction-Hace mucho tiempo vendí mi alma y me siento como un fantasma ahora -Jungkook soltó el tóxico humo de su boca y aplasto su cigarrillo contra la acera.