Desde ese día Jungkook visitaba a Jimin todas las tardes, ambos tenían pláticas que duraban horas y de ves en cuando, salían a comer cualquier cosa que encontraran cerca del trabajo de Jimin.
Ambos realmente estaban muy cómodos con la compañía del otro y aun que fueran polos totalmente distintos, la conexión que había entre ellos se notaba a mil kilómetros de distancia, era como si cada vez que sus ojos chocaban, el mundo a sus espaldas no fuera mas que una espesa bruma donde no había espacio para otros. De vez en cuando Jungkook llevaba a Jimin a su casa y cuando estaban sentados en el sofá, se acercaban de más entre sí, solo por el gusto de sentir esas mariposas y esa calidez en la barriga. Ambos ya estaban más que enamorados, sin embargo, tanto sentimiento los hacía sentir tímidos aún entre sí.
-¿Jungkookie? - hablo Jimin desde la otra línea telefónica, eran las tres de la mañana y Jungkook estaba medio ido, pero tenía un cierto deje de ansiedad y preocupación ¿quién llama a las 3 am si no es una emergencia?
-¿Pasa algo pequeño arroz? - contestó Jungkook con la voz ronca.
-¿Podemos vernos?...
Jimin se escuchaba con la voz cortada, no por haber despertado recién, si no que era una voz destrozada y transmitía una tristeza enorme, se escuchaban pequeños jadeos de vez en cuando y sobre todo, una cascada de mocos. Jungkook por supuesto se alarmó y antes de que se volviera a mencionar otra palabra ya se estaba calzando sus converse y tomando las llaves, no sabía a dónde llevaría a Jimin, pero una idea paso por su cabeza.
Irían al cementerio.
-Te veo en el cementerio, eres un bebe llorón ¿Lo sabías? No me tardo.
Ambos sintieron algo cálido en la barriga con ese apodo, pero no había tiempo para eso, así que Jungkook hecho a correr lo más rápido que sus piernas podían, el aire frío como el demonio, le golpeaba ferozmente en la cara y las calles estaban húmedas debido a la repentina llovizna que hacía tan solo unos minutos había terminado. Cuando llegó, pudo ver a Jimin con los manitos en los ojos y temblando, estaba sentado a lado de una lápida con las piernas cruzadas.
-Jiminnie...
Jimin dio un respingo asustado y abrió los ojos buscando quien lo llamaba, en cuanto se dio cuenta de que era Jungkook de un salto se abrazó a sus hombros, como un pequeño koala y se perdió entre la curvatura de su cuello, tratando de aspirar todo el olor del pelinegro. Jungkook un poco cohibido pero acelerado y enamorado pasó las manos por la fina cintura del pelirosa y también se escondió entre aquella bola de algodón humana.
-Llegaste rápido. -hablo Jimin aún con la cara entre el cálido cuello de Jungkook.
-¿Te asuste bebe?
Jimin se aferró más a Jungkook y ahora metió las manos entre la chaqueta de el, buscando un poco más de calor, jamás había hecho eso antes, pero se sentía tan bien que esperaba que Jungkook no se incomodará.
-Me gusta el sonido del cementerio, es tan calmado que me da una sensación tenebrosa -siguió hablando Jungkook
-Me gusta tu voz -contestó Jimin, saliendo de su escondite y mirando a los ojos al pelinegro.
Ambos estaban tan cerca que sus respiraciones chocaban, sus ojos se buscaban entre sí y la calidez que ambos producían era tan agradable, que cuando el viento frío chocaba, no podían más que acercarse un poquito más cada vez.
Sin pensarlo mucho, Jungkook miro por accidente los labios de Jimin.
-Me gusta tu boca...
Apretujo más a Jimin aún más contra sí y junto sus labios con los de él, asustado al principio por no ser correspondido, pero Jimin pasó las manos por sus hombros y comenzó a besarlo con amor.
Jungkook esa noche le vendió su alma y su corazón a Jimin, era el amor de su vida.
Amigos ando bien high escuchando a Sailorfag, pero me siento bien soft.
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy
Oigan, pregunta ¿Cuál es su banda preferida?-melonbbam 🐰
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cherry flavoured ; Kookmin
Fanfic-Hace mucho tiempo vendí mi alma y me siento como un fantasma ahora -Jungkook soltó el tóxico humo de su boca y aplasto su cigarrillo contra la acera.