No hace falta explicar nada puesto que todo esto se explica por si solo. La vida puede ser un tanto abrumadora, hay un sin fin de caminos que uno puede tomar por sí mismo, pero la mayoría de las personas dividen aquellas rutas de la vida en dos. Lo bueno y lo malo.
Un niño no diferencia el bien del mal, alguien debe estar ahí para guiarle por "el buen camino" hacer el bien y aunque es comprensible cometer errores, ese alguien debe hacer lo posible por hacerte triunfar y alejarte de toda la mierda que hay en este mundo.
Y para Park Jimin fue completamente difícil encontrar la mano de alguien que guiase su camino puesto que al ser huérfano y no disponer de un tutor, siquiera un ayudante dentro del mismo dónde vivía, la mente del chico jamás tuvo limites, al igual que sus objetivos más preciados. El pequeño de apellido Park era uno de los chicos más tímidos por lo que eran pocos los amigos que conseguía, incluso cuando fue adoptado por una pareja de ancianos en un pequeño pueblo alejado del centro de la ciudad en donde se ubicaba.
El tiempo nunca paró, transcurría de año en año hasta que el pequeño Jimin se convirtió en un joven adulto, listo para irse de casa que ahora solo era habitada por el hombre de la casa, el señor Kim Soo Hyung.
—Gracias por todo, papá.
El señor Kim rodeó con sus brazos el delgado pero fornido cuerpo del menor.
Aunque en realidad no eran familiares de sangre, la conexión que ambos hombres tenían era mucho más fuerte que cualquiera. Ambos confiaban en el otro, incluso en temas difíciles de tratar.
—Dame lo más fuerte que tengas.
Pronunció el chico de cabellos oscuros viendo con sus ojos color marrón al chico tras la barra. Era claro que aquel empleado era guapo, pero en los planes de Park Jimin no cabía nadie que estuviese ligado con uno de sus bares favoritos.
Al tener un pequeño vaso con líquido dentro de este, Jimin extendió su derecha para tener entre sus dedos el vidrio tibio del vaso y el poco peso que tenía se fue en un instante puesto que el contenido había sido ingerido de un trago por el consumidor.
—Vienes muy seguido, ¿No es así?.
Su mirada se levantó al escuchar un comentario que traspasó sus oídos, haciendo levantar su cabeza para mirar a los ojos al chico detrás de la barra.
—Es un local muy bueno, aparte de que consigo buenos ligues por aquí.
Pronunció notando los ojos llenos de curiosidad del adverso, adoraba con el alma ver eso, puesto que sabía que en un futuro no muy lejano podría tener en carne y hueso el cuerpo de la persona. Literalmente.
—¿Sería muy apresurado preguntar por tu nombre?.
Tantas preguntas, un solo fin. Lo que escuchó por parte del hombre frente a él le hizo sonreír, pero para terminar un juego primeramente hay que comenzarlo, y eso haría Park Jimin.
—Mañana te veo. Jungkook.
Dicho eso el hombre se levantó de su asiento y luego de rebuscar entre su cartera le extendió un par de billetes al bar tender.
Por otra parte el chico de cabellos azabache se quedó confundido por la manera en la que el cliente le habló, ¿Cómo sabia su nombre si jamás se lo había mencionado? Acosar era una de las pocas cosas por las que Jimin se volvía loco, además de enredarse con personas, claro estaba.
Habían transcurrido alrededor de 3 horas desde que el hermoso cliente del bar tender se había retirado, por lo que el último nombrado se encontraba viendo la pantalla de la Tv debido ya a la poca clientela que había.
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Blood in your hands|| Jikook OS
FanfictionPark Jimin un asesino en serie y Jeon Jungkook un bar tender en un pequeño local en el cual conoce a Jimin y con solo un par de miradas, ambos sienten curiosidad por el otro pero, ¿Será el mismo tipo de curiosidad?. Advertencia: Contenido gay, hombr...