Prólogo:Un lugar al que podemos llamar 'Circo'

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El público aplaudía emocionado y a la vez algo asustado ante aquel espectáculo. Aquellas monedas que habían dejado caer en las manos del viejo dueño valieron completamente la pena en cada sentido de la palabra. ¡Es el circo de La Luna de Sangre! Solían decir todos, pues este lugar era bien conocido como el mayor circo de fenómenos en existencia ¡Y cómo no! Si es que su acto de apertura era un hombre que acababa de transformar su cabeza en la de un oso y usaba sus fauces para devorar un pedazo de carne cruda en un instante. Entre aquel grotesco espectáculo que parecía llamar mucho la atención de los presentes, algo de sangre de entre los músculos del animal muerto llegaron a salpicar a los valientes de la primera fila, pero no les importaba.

Muchos afirman que pagarían el doble del dinero que vale la entrada solamente para poder ver el acto inicial, pero este show solo acababa de comenzar. De pronto, mientras las miradas de los espectadores estaban perdidas en los dientes afilados del mamífero híbrido que se presentaba en medio de la escena, una cantidad incontable de moscas salieron desde el fondo del escenario para envolver el centro y nublar por completo la vista de todos los presentes. Estos insectos daban vueltas en círculos como queriendo hacer un tornado con sus aleteos. Algunos las mirabas asqueados, otros no dudaban y empezaban a vomitar a los pocos segundos por el olor tan despreciable que se generaba, pero todo se calmó cuando las moscas en el aire hicieron un círculo que empezó a gotear, aunque este efecto de goteo solo eran moscas dejándose caer, haciendo la figura de una luna sangrando. El público volvió a ovacionar entre sentimientos de admiración y confusión mientras que, en el medio del escenario, bajo el círculo de insectos, se presentaba un hombre que vestía un traje de doctor de la peste, su rostro no se veía, tampoco su contextura, pues era tapada por su túnica. Se paró firme y con la cabeza puso su mirada en todos los asistentes, de izquierda a derecha movió su cabeza.

-Vaya vaya, tal parece que tenemos mucha gente el día de hoy- Dijo Plaga en voz alta y en tono algo sarcástico- Sus caras lucen algo pálidas, pareciera que hubiesen visto un fantasma o algo bastante peor. Les falta color, algo de negro, tal vez ... como una araña...

De pronto, sobre cada asiento en la función comenzaron a bajar arácnidos de color muy oscuro mientras tejían sus sedas para no caerse. Poco a poco, cada segundo todos los presentes tenían más cerca a esas letales criaturas que no emitían ni un solo ruido. La gente estaba consternada, pues no veían nada, algunos lo abuchearon y le empezaron a lanzar cosas. Plaga, que era el nombre del hombre vestido como el doctor de la peste, dio un suspiro dentro de su máscara y solo apuntó hacia arriba con su dedo índice. Todos estaban dudosos, pero miraron hacia aquella dirección. El asombro fue tal que algunos gritaron del pánico ante tal cantidad de arácnidos.

-Querido público, este pueblo es bien conocido por tener muchas arañas del tipo viuda negra en un bosque cercano. Los habitantes deben saber que son mortales, y siendo honesto dudo mucho que haya suficiente antídoto en el hospital más cercano como para 200 personas. Así que, les recomiendo no moverse- Dijo Plaga

Todos obedecieron, estaban petrificados por la cercanía, las arañas llegaron y sus patas chocaban con el pelo de la gente, caminaron a través de su cara hasta llegar a sus brazos donde se posaron con elegancia por unos segundos, por último, el recorrido termino en las manos.

- Me alegra que me escucharan e hicieran caso, unos seres tan pequeños sometieron a la especie más poderosa del mundo- Dijo Plaga y seguido de eso hizo un ademán con la mano.

Las arañas se movieron a través de las piernas de los presentes y fueron hacia el escenario, la mitad subió a través de un poste a la izquierda del círculo, mientras que el otro ciento lo hizo en la otra dirección. Empezaron a tejer a una velocidad acelerada, no pasaron más de 20 segundos, los cuales el público sintió como si fueran horas enteras de incesante agonía, hasta que en medio del lugar se había escrito la palabra 'Plaga'.

El Circo de FenómenosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora