Capítulo 1 : Al Caer la Lluvia

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La lluvia comenzó a caer sobre los letreros de Osaka, una lluvia suave y generosa que lentamente dejaba a la ciudad en un paulatina calma acompañada de la noche la cual se filtraba entre los edificios. Entre la los cientos de paraguas que recorría las bulliciosas calles, una joven corría con todos sus fuerzas, mojarse era el último de sus preocupaciones, mientras corría pasaba sutilmente entre las parejas quienes miraban embobados los escaparates de las tiendas, de tras de ella, 2 sujetos sacados de una mala película de clase B rompían el esquema persiguiendo a la joven de pelo negro. La chica no perdía tiempo corriendo por lo que aprovechó usar la luz roja de un semáforo para sacar distancia, por un breve momento dejó de preocuparse por sus perseguidores y solo se percató en el autobús que casi la colisiona, los perseguidores quedaron detenidos en la esquina mirándose entre ellos al no poder divisar su objetivo el cual simplemente se lo tragó la bulliciosa urbe.

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-"¿Te sirvo otra?". Le preguntó el cantinero a su cliente, un hombre robusto con mirada fría, tenía solo 31 años pero su rostro aparentaba más debido a una vida de esfuerzo y malos vicios había dejado marcas en él.

-"Si, lo beberé afuera para aprovechar el aire". dijo mientras tomaba un vaso de whisky sin hielo y se ponía de pie. -"¿Estás seguro? comenzó a llover".

-"Tranquilo, la lluvia nunca ha matado a alguien....". Quedó un momento mirando su vaso. -'Olvídalo, solo voy por un cigarrillo". Tomando su bolso, salió por la puerta del bar hacia la pequeña terraza. Hideaki no le tenía miedo a algo de lluvia, ya había tenido muchos roces con la muerte como para preocuparse algo tan efímero, aunque eso no le quitaba el hecho que le incomodara. Dejó su bolso sobre una silla y se volteó para poder prender un cigarrillo sin que el viento le moleste. Mientras chispeaban su encendedor, un ruido metálico detrás de él le hizo voltear para solo ver que la silla estaba a punto de caer al suelo, a la ves por el rabillo de su ojo derecho, logró ver que una joven de pelo negro había tomado su bolso, huyendo con este como si del robo del siglo se tratara. Rápidamente dejó caer su cigarrillo para salir en persecución de la carterista, la cual era bastante rápida en comparación a él. La joven ladrona se percató de que nuevamente le seguían, pero el hombre de edad y gabardina detrás de ella no le cuadraba con sus perseguidores de antes, siguió corriendo por la calle tratando de perder a su nuevo perseguidor.

Mientras más avanzaba, más llovía, la chica era hábil para escabullirse entre la multitud, Hideki era algo más "tosco" pero igual de efectivo, (cómo podía correr tanto sin cansarse?) se preguntaba la chica, la verdad es que Hideaki estaba acostumbrado a tramos largos, su trabajo se lo pedía y además le ayudaba a equilibrar su mala forma de vivir y su conciencia.

Al ver que esta no tenía intenciones de dejarla ir, decisión tomar una ruta más vertical, aprovechando un conteiner de basura como escalón, la chica tomó impulso, logrando pararse sobre un letrero de neón el cual dejó caer chispas por el contacto, Hideaki estaba anonadado, mirando a esa delgada silueta desde las alturas, mientras el agua y las chispas caían sobre el. Ambos cruzaron miradas en una milésima de segundo. La chica aprovechó el sosiego del hombre y siguió escalando por los letreros hasta lograr llegar a una cornisa, saliendo del rango de vista de Hideki, quien ni se molestó en gritarle "alto o detente", era obvio que ella estaba fuera de su alcance.

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Frustrado, Hideaki abrió la puerta de su departamento, se sacó sus zapatos y su gabardina los cuales aún escurría humedad. Sin más se dejó caer sobre su cama, mirando el techo como si alguna solución pudiese venir al ver las manchas en el cielo falso. Lo que mas le dolía de su bolso no era su identificación, o su billetera con dinero, o su teléfono que aun no terminaba de pagar, si no el hecho de que la chica de pelo negro había huido con tanta facilidad de el, eso le recalcaba a cada segundo en su cabeza, le hacia replantear sobre su idea de retirarse. Viendo que el solo hecho de pensar le daba más problemas que soluciones, su puso de pie y se dirigió a su balcón, tenía pensado fumarse el cigarrillo que no pudo. La lluvia había bajado su intensidad, llegaba a ser relajante, Hideaki prendía su cigarrillo mientras miraba el skyline de Osaka, exhalaba el humo con la misma calma que caía la lluvia.

Izumi No AmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora