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La cara enterrada entre las almohadas de su cama sofocando cualquier sonido apenas audible que pudiese salir de su boca. Porque era demasiado vergonzoso escucharse a si mismo. Ojos cerrados, apretados y con la mente en cualquier lugar y en ningun momento.
Imaginando.
Apenas cubierto por una camisa de algodon blanca que se pegaba a su pegajoso cuerpo lleno de sudor. Revolviendose a si mismo en la cama y las sabanas enredadas a sus pies.
Y dos de sus dedos entrando y saliendo de su interior humedo y caliente. Masturbándose con unas pobres fotos y una imaginación detestablemente realista y al mismo tiempo fantasiosa.
Sintiendose ridículo y patético ante su insana necesidad de tocarse pensando en esa persona. Avergonzado de haber tenido un sueño humedo con el chico que le quitaba la salud mental y de haberlo disfrutado tanto, continuó con su lado de autocomplacencia.
Incluso ahora lo hacia.
Fundiéndose con el deseo de más y la desesperación de llegar pronto. ¿En que se había convertido?
JungKook habia llegado a ese punto de su perversión en la que necesitaba imaginar que sus dedos eran los de Kim YuGyeom para llegar a su clímax.
Sus largos dedos deslizándose en su interior, tocando y presionando donde le gustaba y como le gustaba. Siendo YuGyeom quien lo tocaba. Quien le decía cosas sucias al oido en voz baja. Desgarrando y moviendolo a su puro placer.
Ah.
Había llegado ya.
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¿Les ofresco un bolillo, un taco, una despensa de fics?
