〈 🌙 〉 Otra alumna, por culpa de sus malas calificaciones y mala conducta, es trasladada a la peculiar clase que está en boca de todos. "La clase E-3", dónde se encuentran la mayoría de los marginados del instituto y a los que siempre ignoran y deja...
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La campana comenzó a sonar haciendo saber a los estudiantes de tan estricto instituto la finalización de la jornada lectiva. La estudiante que estaba mirando por la ventana, ajena al mundo que la rodeaba, sonrió de manera satisfactoria al oír la campana que indicaba su libertad. Tomó todas las cosas que había utilizado en sus 6 horas de clase y empezó a guardarlas en su mochila. Al terminar salió casi corriendo, bajando a toda velocidad las escaleras del centro educativo esquivando, en su proceso, a las personas que se colocaban en su camino.
Terminó de bajar las escaleras dando una gran bocanada mientras se apoyaba sobre sus rodillas al intentar recuperar todo el aire que había perdido, ganándose varias miradas extrañadas de la gente de su alrededor. Cuándo reguló su respiración, se puso erguida y siguió caminando como si nada hubiese ocurrido. A medida que avanzaba por los pasillos, podía escuchar cómo varias personas comenzaron a hablar mal de ella. La mayoría de comentarios hacía su persona eran rumores relacionados a que la iban a trasladar a la Clase E. Escuchó varias risas por en medio, pero lo único que hizo fue oídos sordos, no tenía tiempo para escuchar las gilipolleces que el instituto decía sobre ella.
Caminó cabizbaja por las calles de su ciudad, jugando a no tocar las líneas del asfalto, cómo hacía de pequeña ya que no tenía nada mejor que hacer. Al llegar a un semáforo en rojo, alzó la mirada del suelo y observó en la lejanía un edificio que se encontraba en lo alto de una montaña. Pudo reconocer rápidamente que se trataba del instituto en el que estudiaban los de la clase E, lo veía siempre que se dirigía hacia su casa.
Frunció su ceño dubitativa, comenzando a divagar por sus pensamientos. No sería ninguna sorpresa que la trasladasen allí, durante los últimos años ha estado empeorando en sus estudios y ella lo sabía perfectamente. Al principio era una estudiante ejemplar pero con el ambiente tan tenaz, impecable y perfeccionista que tenía la escuela, comenzó a perder confianza en ella misma, pensando que no podía seguir por el mismo camino que sus compañeros, y estaba en lo correcto.
Tiempo después, el color verde del semáforo se encendía, haciéndole saber que ya podía pasar. Agitó su cabeza de manera breve, librándose de todos esos pensamientos negativos y siguió andando.
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