-DaeHyun ... Quiero ir a casa ... -Susurró adormilado mientras apoyaba la cabeza en mi hombro.
-Lo sé, pero no te duermas, YoungJae. El metro esta por llegar a la estación.
-¿Cuál es ... -Boztezo tras boztezo en sus palabras y el aliento que me erizaba la piel al chocar contra mi oído. --... el problema?
-Que te vas a dormir y te quedarás abajo.
-Claro que no, se que me cargarías.
Paralizado me quede hasta analizar su respuesta para no responderle algo estúpido. Estaba casi que se caía de sueño y me daba algo de nostalgia, de todos modos yo lo llevé casi a la fuerza al cine, no había momento donde me decía que estaba cansado y quería dormir pero le seguí insistiendo, ahora lo pienso bien y me siento culpable. Esa era una razón.
La otra razón era que el perfectamente sabía que lo cargaría porque eramos amigos, mejores amigos dice él. Diez años de amistad y nunca lo habría debajo del metro. Pero obvio no faltaba la persona que no quiere ser llamado mejor amigo o hermano porque estás enamorado de él, y ese era yo. ¿La razón? Muchos celos, pero al límite de mejores amigos dice YoungJae y eso es lo que más me enfurece. ¿Cómo no se da cuenta que si lo celo es porque me gusta?
Giré mi cabeza para mirarlo y ahí estaba con los ojos cerrados y las mejillas coloradas, era adorable. Su respiración me chocaba en los labios y quise acercarme para besarlo. Cuando ya casi no había un centimetro en nuestros rostros ví como una luz inundaba mis ojos, frunci el ceño y moví el hombro de mi amigo.
-Jae, despierta.
-Mh ... -Gruñó y se acomodó a mí hombro.
-YoungJae sabes que no nos van a esperar y se marchará.
-Dae ... Cargame.
-YoungJae, por favor. No eres un niño.
-Entonces dejame aquí. -Dijo y abrí la boca para decir algo, pero nada salió de ella. Ví como se estaba recostando en el piso, parecía un vagabundo. Suspiré resignado al sentir una advertencia del metro y lo carge en mis hombros.
Entramos, no, lo entré y busqué asientos, era tan delgado pero pesaba como mil demonios. Lo senté y gruñó otra vez, levanté las cejas con una leve sonrisa que se me cruzó en los labios.
-¿Gruñes? Deberías darme las gracias porque te carge y te encontré un asiento.
-Dae ... -Sonrió. -Dae, tengo frío.
-Por dios, YoungJae. -Le acaricié la mejilla y lo abrase por la cintura, estaba helado. -¿Qué voy a hacer contigo?
-Dae ...
-Jae ... -Apoyé mi mentón en su cabello y sonreí.
-Mis labios estan congelados. -Mi sonrisa se esfumó.
-No es mí problema.
-Claro que lo es, tú me trajiste aquí. -Hablaba en susurro, cansado. Con los ojos cerrados.
-Ya ... -Suspiré. -No te aproveches mucho de eso, ¿Qué quieres que haga?
-Que me beses.
Abrí los ojos como platillos y me congele, literalmente. No podía escuchar nada más que el tambor en mi pecho, sentía que tenía el corazón en la garganta. ¿Cómo puede decir esas cosas? o ¿Estaba jugando conmigo? Me preguntaba, no me separe de él, porque sí lo hacia notaría mi nerviosismo de inmediato, sólo deseaba no tartamudear.
-¿El frío te congelo las neuronas? -Le dije en seco y él se separo de mí para mirarme angustiado.
-No, si me las hubiera congelado jamás te hubiera dicho eso.
-En cambio ... Lo dijiste. ¿Por qué?
-Olvídalo. -Se dio la media vuelta enojado, se le notaba.
-Imposible, ya lo dijiste.
-¿Y cuál es el problema? Yo ya lo olvide.
-YoungJae, te estás enredando por si solo.
-¿Qué piensas que me gustas?
-N ... No, yo no he dicho eso.
-Entonces olvídalo y ya.
Se cruzó de brazos y frunció los labios, me dio la espalda y mire a los lados, no iba a dejar escapar la oportunidad. Lo dí vuelta y me apoyé en su asiento, lo tomé de la cintura cuidadosamente para no lastimarlo y cerre los ojos. No quería ver su expresión. Sentí su piel chocar con la mía y lo besé, no aguantaba. Me moría por besarlo. Sus labios eran suaves y estaban helados como dijo él. Los encaje con los míos y tenía miedo porque no me correspondía, hasta que llegó el momento y me acariciaba el cabello, se afirmó en mi espalda y sonreí. Sentía el calor de sus mejillas y valla que ya me moría. No fue mi primer beso, pero si es mi primer amor.
No quería soltarlo pero al parecer YoungJae se quedaba sin aliento, nos separamos y lo miré a los ojos preguntándole con ellos que pasaría después, sólo me abrazo con fuerza y me dijo que me quería. Ahí supe que era el comienzo de mi aventura, me abrían las puertas y que seguiría el camino.
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Tale ☾ Daejae.
Random« Jung DaeHyun » El sólo hecho de que sus labios pronunciarán mi nombre me ponía los pelos de punta. Me erizaba la piel, y me congelaba la mente con la imagen de su rostro. ¿Qué más puede pasar entre nosotros? Después de todo sólo eramos mejores ami...