Capítulo 0

2 0 0
                                    

Buenos Aires, Argentina.

Marzo, 1953.

***

-Adiós madre.

-Cuídate hija, nos vemos en la tarde.

Martina, o Tina para sus amigas, salió de su casa para dirigirse a su colegio. Ya que no quedaba lejos, siempre se iba caminando, y también, para caminar y hablar con Mary, su mejor amiga, compañera de banco y vecina.

-¡Bu!

-Mariella, por favor. ¿Podrías comportarte correctamente como una señorita? Deja ya de hacer eso, ya no eres una niña pequeña.

-Y tú no eres una anciana para hablar así. Ni tampoco mi madre para regañarme por cada cosa que hago. Deberías ser un poco más suelta y divertirte más.

-¡Mary! ¡Por favor! ¿Cómo puedes siquiera insinuar eso? ¡Yo jamás sería así!

-¿De qué estás hablando? Lo has malentendido todo. Yo me refería a tu forma de hablar, de ser. Que deberías actuar más como una jovencita y no como una anciana con ese hablar tan formal. ¿De qué creías que estaba hablando?

-No, nada. Olvídalo. Fue un error.

***

3 años después.

- Mamá, papá.

- Dinos, hija. - Dijo el señor Ramos.

- ¿Puedo invitar a alguien a cenar mañana?

- Sí, claro, querida. ¿Quién es? ¿Es una amiga? ¿La conocemos? - Cuestionó su madre.

- No es una amiga, siquiera es ella, sino él. Y sí, sí lo conocen. Es el hijo del señor Paulo, su nombre es Ulises.

- ¿Un chico? ¿Porqué? - Preguntó su padre.

- Lo conocí personalmente hace unas semanas. Ha estado cortejándome desde entonces.

- ¿Pero de qué hablas niña? ¿Cómo es eso? ¿Porqué no lo habías dicho antes?

- ¿Pero y eso qué importa ahora, viejo cascarrabias? Ha dicho que él ha estado cortejándola. ¿Acaso no oíste de quién es hijo? Seguramente necesitas audífonos nuevos. Aún así, el señor Paulo pertenece a los de la alta sociedad. Y si el muchacho es como él, debe ser un gran jovencito, muy noble y respetuoso. Imagínate como sería si Martina se casara con él.

- Pero...

- Pero nada.

***

1 año después.

- Señorita Martina, su bebé ha nacido ya, y es una niña. ¿Quiere cargarla?

- Ahora no, por favor. Solo quiero descansar un momento.

***

- Es una niña preciosa, hija mía.

- Lo sé, madre.

- Aún no puedo creer que ya seas madre. Apenas tienes 16 años.

- También lo sé.

- ¿Y qué nombre le pondrás?

- Me gusta Valery. Valery... Ramos.

- ¿Ramos? ¿Porqué tu apellido hija? ¿No debería ser Paulo? Según tú, él es el padre.

- Mamá, hay algo que no les he contado a ti ni a papá...

***

- Valery es hermosa. Te felicito amiga.

- Gracias Mary.

- Aún no puedo creer que...

- Ni lo digas, por favor.

***

- Mary, que gusto verte. ¿Qué te trae por aquí?

- Vengo a despedirme. Mi madre cree que eres una mala influencia. Así que lo mejor, según ella, es que nos alejemos. Nos mudaremos fuera del país. Solo quería decirte adiós y asegurarme de que supieras, que yo siempre seré tu amiga sin importar nada. Espero poder volver a verte algún día.

***

En otro lugar.

Años después.

- ¿A dónde vamos papá?

- Argentina, princesa.

- Ah, okay.

Volver a VerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora