Reunión.

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Seis personas jamás habían reunido tantos problemas.

Pero ellos eran la excepción.

Lucy alborotó su cabello tratando de esconderse de los demás. A su lado, St. Croix. Nadie sabía su nombre real, pero no parecía querer decirlo. El asiento a su lado, vacío. Y justo frente a la persona invisible, Fayenza intentaba explicar la tabla de división de pesos competitiva a su compañera de al lado, Dinorah, que no parecía prestar atención. Frente a Lucy, Magno. Un chico que se encontraba hasta los huesos. Y en un costado de la mesa, Caimie garabateaba versos en su mano antes de que se le olvidaran.

-No puedes entenderlo. -Exhaló Fayenza dándole la espalda a Dinorah. -Es tan fácil como decir que todas mis bragas juntas pesan más que el esqueleto que está a tu lado.

Magno exhaló el humo del cigarrillo apenas notando la burla de la chica. St.Croix intentaba violentamente no huir de aquella sala: se le hacía tarde.

-Ni siquiera sé que se supone que hacemos aquí.- Miraron a Caimie como si hubiera dicho lo que todos habían estado callando.

-La misma mierda que hago yo con esos dos tipos. Tan frustrante.- Dinorah se masajeó las sienes.

-Solo escoge a uno, maldita sea. Al final solo buscan tu...

-No volveré a caer jamás.- Dijo Italia regresando del baño. Todavía se podían notar algunas manchas de rímel alrededor de sus ojos.

Siete personas.

Magno rodó los ojos.-Ya son dos.

-Tú debes ser igual de patético que ellos.- Se defendió Italia y miró a St.Croix. -Y tu igual. Bola de perdedores que son los hombres.

-Sé lo patético que puedo llegar a ser, gracias. -Magno dió otra calada al cigarrillo. -En todo caso, estas llorando como toda una perdedora.

Italia fulminó al fumador y recargó todo su peso en el respaldo de la silla.

-¿Sigues rayándote la mano? Anda, si ya vas por el brazo. -Dijo Fayenza y Caimie alzó la mirada.

-Estoy llegando al clímax de la canción, debe ser épico.- Lucy apenas alzó un poco la mirada, se encontró a a Magno examinándola detenidamente. Gruñó por lo bajo.

St. Croix arrastró la silla hacía atrás. -No sé, pero necesito irme ahora.

Dinorah sonrió maliciosa.-Otra sesión de carnicería.- Dijo por lo bajo.

El chico chasqueó la lengua y se irguió en sus 1.80cm de estatura.

-Al final, es mejor que acostarse con dos hombres.

-No me acuesto con ellos.- Exclamó sonrojándose violentamente.

-Pues entonces, debo ir a entrenar. -Se levantó Fayenza, que comparada con St. Croix, era realmente pequeña. -Hay personas que si tienen metas en la vida, ¿cierto, Lucy?- Ella se escondió más en su cabello y Fayenza se retiró detrás de St. Croix.

-¿Has llegado al final?- Le susurra Magno con cierta curiosidad.

-Final épico. Presentación épica.- Responde Caimie. -Al final del día, nadie puede escapar de ser plasmado en mis canciones.- Alzó el brazo lleno de versos y retiró enérgicamente el cabello largo y oscuro de Lucy. -Tú no puedes estar así toda la vida. Al fin y al cabo, podrías ponerte de meta ser lo suficiente interesante como para estar en un single mío. -Sonrió triunfante y salió de la sala.

Magno apagó el cigarrilo. -Supongo que es así.- La miró sorprendido. Lucy había hablado.

-Todos estamos locos.

El chico pasó la mano por sus cabellos. -Todo mundo tiene problemas, digamos que nosotros tenemos más que el mundo.

Dinorah también comentó. -Tal vez en realidad somos más vulnerables.

-O tal vez más estúpidos.

-Sí, puede ser.

Corchetes [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora