Carta

8 2 0
                                    

Amado Blake:

¿Cómo te encuentras? Sé que no sea la mejor pregunta ni forma de empezar, pero ¿qué más te puedo decir?

Ni me he ido, y siento que ya te extraño demasiado.

En el colegio, tenía tanto miedo pero a la vez me sentía tan feliz, que no hay muchas palabras para explicar mis emociones y sentimientos.

Cuando estábamos en secundaria, yo no quería tener novio, no luego de haberme enterado de que mi enfermedad empezaba a desarrollarse un poco más. No quería que nadie más sufriera por mi pérdida. Sabia que mis padres iban a sufrir, por lo que les di mi mejor esfuerzo y pude seguir adelante dándoles lo mejor de mí.

Sin embargo, llegaste tú, acercándote a mí de una manera muy linda y suave. Sentí que debía alejarme de ti para no hacerte daño y para no tener miedo por el futuro que me deparaba. Pero tú seguías ahí, tratándome de una manera tan especial que empecé a desear en tenerte a mi lado como un buen amigo, sin saber que tus sentimientos no solo se quedarían ahí.

Todos sabían que estaba enferma y en cierto modo, creo que fue una razón para no hacer amigos tan cercanos. Pero fue diferente en ti, te acercabas más de lo que quería, porque temía que mis sentimientos fuesen haciéndose más grandes hasta llegar a amarte.

A pesar de que muchas veces ignoré tus sentimientos, no te rendías, me llevabas pequeños pero valiosos detalles y eso aflojó mi corazón, haciendo que este palpitara cada vez que tú me dabas tu atención.

Tus visitas al hospital y las flores que me dabas, fueron un factor para que mi corazón decidiera quedarse contigo. No tenía mucho poder en él, pero conocía lo mejor para mí.

No sé en qué momento llegué al punto de sólo pensar en ti. Hasta que mi madre me preguntó si todo estaba bien, a lo que solo reí nerviosa y le conté de ti. Ella me dijo que te diera una oportunidad, porque se dio cuenta de que te amaba tanto como tú a mí.

Así que planeé una sorpresa, pero tuve que hacerme revisión en el médico, la cual duró una semana, por lo que no pude dártela. Esos días llegaste a hacerme compañía, lástima que siempre llegabas cuando estaba durmiendo, hubiera podido tener más charla contigo y poder enamorarme más de lo que ya estaba.

Mamá siempre me había dicho que te quedabas hasta que el último autobús llegase o cuando te dabas cuenta que ya era muy tarde y tenías que hacer. En ese tiempo, mis padres nos dejaban solos, no querían interrumpir y despertarme por tratar de conocerte, pero me contó que casi siempre hablabas con ellos antes de entrar conmigo.

Casi siempre que llegabas, me encontraba durmiendo, así que te quedabas leyendo algo sobre las tareas o algún libro que te interesaba. Aunque hubo una vez, de las tantas visitas, que te quedaste dormido en la silla, estabas tan cansado que no lo evitaste y a nadie le molestó.

Además, siempre estabas y estás cuidándome con atención a que no me hiciera falta nada. Yendo a la universidad, viniéndome a visitar y luego regresando para poder descansar y hacer tareas. Y por último, regresando a las dos de la mañana para quedarte conmigo. ¿No serás tú mi ángel guardián? Porque así es como te veo, un ángel que se ha hecho mi novio para cuidar de mí y recibir todo mi amor.

Dejando de lado de que eres mi ángel más lindo, la confesión que me realizaste, fue muy encantadora. La canción era muy linda y significativa. Era una letra que decía como me veías y eso hizo latir mucho más fuerte mi corazón.

De las tantas salidas que hicimos, no esperaba que en una de esas citas me pidieras ser tu novia y formalizaramos nuestra relación. Gracias por tan bello recuerdo.

Y el primer mes juntos, fue un día demasiado memorable. Me enseñaste las estrellas desde tu terraza y el campo de girasoles era demasiado lindo para ser real, pero si lo era. Disfruté mucho ese maravilloso día.

Todas las citas que tuvimos, fueron llenas de tranquilidad, amor y diversión. Siempre te encontraba cuidándome, tratando de que no hiciera tanto movimiento físico y viendo si no había mucho viento para que no me resfriara. Aunque siempre deseaba esos días, me abrazabas por la espalda y eso me mantenía caliente.

A pesar de que la universidad nos tenía separados, los bailes por las noches, las sonrisas y deseos que le dábamos a la luna eran un momento demasiado especial. Nos relajaba de tal modo que era tranquilizador y me llenaba de energía para seguir luchando. La luna siempre fue nuestra fiel seguidora del amor tan intenso que nos teníamos y tenemos.

Y respecto a la cita que yo planeé, creo que la hice porque sentía que no me quedaba mucho tiempo, sentía que mi enfermedad me estaba acabando y por eso la organicé. No quiero que te sientas culpable por eso, fui yo quien se expuso a esas situaciones, tú querías lo mejor para mí y yo quería que te divertieras conmigo un día completo.

Sé lo mucho que te preocupas por mí y ese día que fui ingresada al hospital por el ataque cardíaco no fue una excepción. Estabas a punto de entrar en pánico, que me alivió de que llegaran nuestros padres, porque te tranquilizaste en demasía.

Lamento de todo corazón que lo nuestro se termine ahora y de esta forma, yo yendo lejos, a donde nadie sabe si volverá o si su estadía es permanente.

Soñaba que nos uniríamos en matrimonio después de graduarnos de la universidad, deseaba que ese momento llegara. Y con esta unión quería tener un hijo, un hijo al cual, con todo el placer del mundo, cuidaríamos y amaríamos. Será mi más grande sueño.

También soñé con viajar a muchos lugares del mundo contigo, pero no importa a qué localización, siempre y cuando estuvieras tú conmigo disfrutando del viaje.

Soñaba mucho aunque no me hace falta nada, todos los momentos que me has regalado, los aprecio con todo mi corazón. Así que, por favor, no te sientas mal, no fue tu culpa todo esto; siempre cuidaste perfectamente de mí y quiero que sigas teniendo una excelente vida como la has tenido hasta ahora.

Espero que, si podemos tener otra oportunidad en una siguiente vida o en mil vidas, las tengamos y las disfrutemos. Y en todas esas vidas, deseo que nos encontremos en un espacio lleno de girasoles, para recordar lo tanto que nos amamos.

Porque tú siempre serás mi más grande y único primer amor.

Te amará para siempre y
por siempre, Hannah.

SheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora