Ahora sí que estaba nervioso. Esta era la primera vez que viajaba solo en avión, y no eran muy fan de ellos que digamos, después de ver películas como destino final, había adoptado un poco de miedo hacia los aviones, y no se diga a las montañas rusas.
“Ahora no es el momento de lloriquear”
Me dije a mi mismo con tal de ganar un poco de valor. Me senté en una de las bancas junto con mi maleta mientras mis padres arreglaban algunas cosas. Hacia bastante tiempo que no viajaba en avión, después de que cumplí los once, dejamos de visitar a la abuela, y cuando salíamos normalmente era en carro o autobús, así que podría decirse que perdí mi confianza a ellos.
El aeropuerto estaba infestado de gente, y yo odiaba a las multitudes en un solo lugar, pero no importaba, dentro de unos minutos saldría mi vuelo y dejaría atrás todo esto, por fin.
Mis padres llegaron después de hacer lo que sea que estaban haciendo, me dieron el boleto de avión, ahora solo debía esperar a que anunciaran el vuelo para poder abordar, mi madre estaba un tanto sentimental, sus ojos estaban vidriosos y mi padre tenía esa expresión despreocupada, ambos se volvieron a despedir de mí, y justo cuando ya se marchaban, una mujer vocifero mi vuelo.
“Hora de irse” pensé.
Tome mi maleta, y me dirigí a lo que sería un nuevo comienzo en mi vida.
** * **
Cuando habíamos despagado no pude evitar sentirme un poco mareado, me sudaban las manos y me aferre con fuerza al asiento, por suerte no sucedió nada del otro mundo, el transcurso fue largo, y me dedique a dormir en todo ese tiempo. Al llegar al aeropuerto, fui por mis maletas, tuve que pedir indicaciones con algunos oficiales, luego fui a buscar a mi abuela.
No podía creer que estaba en Australia yo solo, bueno, con la abuela, pero seguro que no sería un problema, podría cuidarla en las mañanas y salir en la tarde a conocer el lugar, había tanto esperándome fuera de este aeropuerto, que quería tomar el primer taxi que encontrara he irme a divertir a la playa. Por fin podría relajarme, sin tener que pensar en mis estudios, en mis padres y todos los problemas que deje atrás.
Camine con la maleta hacia lo que era la salida, había un grupo de personas con letreros, esperando a quien fuera que había viajado en el mismo avión que yo.
Me detuve, y empecé a buscar entre aquellos letreros para ver si alguno decía mi nombre, y después de un momento, leí uno y me acerque, era mi abuela, junto con un hombre de unos treinta años.
–Oh mi pequeño, pero mírate no más cuanto has crecido –dijo mi abuela estrechándome en un fuerte abrazo –debo regañar a tu padre por haberte escondido tanto tiempo.
–Hola abuela –dije en un susurro.
Nos separamos, el hombre de los treinta me miro.
–Este es Adrián, pequeño, nuestro vecino, se ofreció a traerme, para recogerte.
El extendió su mano para que la tomara, parecía un buen tipo, era de mi estatura, con la piel blanca y el pelo negro.
–Soy Jared –dije sin más.
–Bueno, bueno, será mejor que vayamos a casa, seguro que estas hambriento mi niño, vamos.
Los seguí hasta la salida, fuimos al estacionamiento, hasta un Mustang clásico en color negro, que estaba increíble.
Si las cosas iban bien, no planeaba volver nunca.
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Miradas al cielo
RomanceTras algunas complicaciones en la vida de Jared y el futuro divorcio de sus padres, él se va a vivir con su abuela en Australia, donde imagina unas vacaciones de en sueño en la playa y conquistando a algunas chicas. Pero la realidad es otra al darse...