Moonchild ▪︎Namjin ' JinNam

Única Parte

Cada cumpleaños de la Luna, Seokjin, prepara un pequeño pastel y sube a la montaña más alta para dejarla como ofrenda. Le agradece por iluminar todas sus noches y nunca abandonarlo, por un año tranquilo y sereno bajo la fría luz de la Luna.
Desde pequeño Seokjin llevó a cabo este "ritual", el día que su abuelo le contó sobre ello y cuando murió quiso seguir su tradición. Una noche que Seokjin estaba recostado en la hierba mirando el cielo, una pequeña luz comienza a brillar a su costado.

"Luna, hoy parece que brillas más que otras noches. Es por tu cumpleaños, ¿no es así?"

Aquella luz se volvió segundo a segundo más intensa al punto que se convirtió en un destello tras desaparecer repentinamente, Seokjin se había cubierto los ojos con un brazo ante la intensidad.

"Bien creo que me vas a dejar ciego, Luna"

Al momento que todo volvió a ser oscuro destapa sus ojos y parpadea varias veces, tarda unos segundos en acostumbrarse a la oscuridad de nuevo y poder divisar su alrededor. Es cuando voltea a su derecha que da cuenta de un chico joven, con prendas de seda blanca y descalzo. Tenía el cabello gris y un poco largo, con algunos mechones que se movían por la débil fuerza del viento. Sus ojos eran azules, oscuros y profundos, tanto que llegabas a creer que podía haber un mar alojado en ellos.
Seokjin se queda perplejo por la aparición del misterioso chico, nunca lo había visto en el pueblo o escuchado de él y la forma en que entró fue un poco... ¿extraña? Había mucha coincidencia en que haga aparición justo cuando hay un destello de luz que no le permitía ver nada, magia negra quizás. Debía tener cuidado.

"¿Eres un brujo?" Pregunta Seokjin sin filtros y observando su aspecto, parecía místico y daba la sensación de ser alguien importante. Creía haberlo visto anteriormente pero no logra recordar en dónde.

El chico ante la pregunta solo fija su mirada en Seokjin y esboza un pequeña sonrisa que deja al descubierto sus hoyuelos.
"No creo que los brujos tengan interés en subir a esta montaña."  Acto seguido se sienta al lado de Seokjin que sigue sin mover ningún músculo pero no siente la necesidad de alejarse.

"¿Por qué lo dices?"

"Porque esta es mi montaña." Vuelve a sonreír y sus parpados se unen a ello, casi sin poder dejar ver sus bellos orbes azules.

"¿Tuya? Esta montaña es de la Luna, ¿o acaso no leíste los libros de historia mitológica?" Seokjin frunció el seño ante el intento del chico de proclamar lo que creía no era suyo, sino de alguien más.

"Me presento, soy la Luna." El chico extiende una mano esperando a ser estrechada, pasan unos segundos hasta que Seokjin se la toma y siente un escalofrío al hacerlo. El tacto con su piel era sumamente suave y delicada, era como tener plumas en su puño.

"¿La Luna? Un chico lunar... ¿Vienes de las estrellas?"

"Pues es un poco complicado explicarte de dónde vengo. Aun que no lo creas ni yo mismo lo sé." Desvió la mirada al cielo que lo envolvía en una oscura manta.
Quedaron en silencio durante unos minutos hasta que Seokjin se atrevió a preguntar.

"¿En verdad eres la luna? Si lo eres por qué ella sigue en el cielo mientras tú estás conmigo."

"Lo soy, creerme o no lo dejo a tu criterio. Sin embargo no es ella, soy él. Mi cuerpo es solo una pequeña porción de magia lunar, estoy en el cielo y también aquí contigo." Con un dedo aplasta levemente el cachete de Seokjin que se encontraba rojizo.

"Creo que te vi en algún lado, ¿seguro que no eres un mago? ¿Quizás el de los libros prohibidos?" Aquellas preguntas provocaron una risa en el chico frente suyo, algo le había sonado gracioso pero no sabía qué.