Lo que no podrá ser

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No había ninguna duda para cualquiera que conociera a Midoriya Izuku que él era alguien que inspiraba a todos a su alrededor. No importaba en que circunstancias o la manera, no importaba si era con su inigualable sonrisa, con la fortaleza de sus lágrimas o su aplastante fuerza, Midoriya Izuku podía convertir cualquier circunstancia en una oportunidad.

Como héroe, su capacidad de análisis y pensamiento rápido además de la calma que transmitía, lo convertía en el perfecto compañero que cubriría tu espalda a como de lugar y te impulsaría a llegar a la meta.

Como persona, era educado y considerado, siempre amable y dispuesto a ayudar con cualquier cosa sin importar lo pequeño o grande que sea, mientras estuviera a su alcance e incluso si no, contarías con su apoyo.

Como amigo era cálido y comprensivo, transmita una gran paz y calma, sus palabras eran las correctas, suaves cuando percibe tristeza pero duras si es necesario. Su sonrisa era tan contagiosa que aveces no podía evitar sonreír a su lado, su voz como un arrullo en las noches en las que no podía dormir, el tacto de sus manos era áspero por tantas batallas pero a la vez se sentía como si jamás te soltaría, el brillo de sus ojos reflejaba la fortaleza de su deseo de ser héroe y cuando lo miraba se sentía como si fuera lo único que merecía su atención en ese momento.

Midoriya Izuku era algo especial para Todoroki Shoto, no se había equivocado al momento de describirlo a su madre.

En lo que se equivocó fue en la importancia que tendría en su vida.

Porque lo que en un principio comenzó como una amistad inesperada empezó a crecer en su corazón, Midoriya era cada vez más importante, cada día la admiración que sentía por él crecía y crecía y se hacía incontenible.

Y de pronto sus sonrisas era algo que anhelaba fueran dirigidas a él.
Que su voz le hablara por horas y horas.
Que sus manos se entrelazaran con las suyas.
Que el brillo de sus ojos lo miraran con afecto.

Y se sentía egoísta porque todo lo que anhelaba para él y solo para él era todo lo que Midoriya le entregaría al mundo, a todos aquellos que quería proteger y salvar con una sonrisa. Porque a pesar de que era consciente que su admiración creció para convertirse en un profundo amor jamás será capaz de obtener todo lo que anhela.

Midoriya lo había dejado claro, su vida estaría dedicada a ser un héroe. No había nada más que eso, no había espacio para nada ni para nadie.

Fue una conversación casual, en la sala común de los dormitorios. Midoriya y él hacían un reporte que Aizawa les había asignado mientras las chicas conversaban en los sofás. Rápidamente la voz de Ashido se coló entre la conversación preguntando si a Midoriya le gustaba alguien.

La indiscreta y repentina pregunta los tomó a ambos por sorpresa, y a pesar de no ser dirigida a él, se puso ligeramente nervioso pero a la vez algo dentro de él ansiaba algún tipo de respuesta, saber si tal es había alguna posibilidad... pero todo aquel sentimiento se desvaneció al escuchar la decidida respuesta de Midoriya.

"Aspiro a ser el héroe número uno como All Might, creo que el amor no tiene cabida en ese sueño"

Midoriya sonrió al decirlo como si fuera algo que hubiera decidido hace mucho tiempo.

Sintió que el aire le faltaba y estaba seguro que había perdido la neutralidad de su rostro por unos segundos pero rápidamente se obligó a concentrarse en lo que hacían y guardó todo dentro él.

Cuando por fin estuvo en la soledad de su habitación simplemente se lanzó al futón dejando ir al fin sus sentimientos, rememorando esas palabras como si fueran las cadenas que sellarían por completo su sentir dejando atrás la intención de expresar su amor por Midoriya.

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