El Dios caído

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Ya había pasado una semana de aquella extraña noche de la cual Tweek no era capaz de recordar mucho, solo una constante voz le hablaba en su cabeza, todas las noches le reprochaba lo que debía hacer, como debía actuar par ver a su amado de nuevo. La imagen del cura se había deteriorado, se veía mas delgado, mas cansado, se distraía mucho durante las misa, incluso olvidaba algunas palabras, ya no hablaba con las monjas ni almorzaba junto a ellas como todos los días, a veces hasta chillaba asustado cuando alguien se acercaba a él estando desprevenido.

Sus dedos y ojeras se tornaban de un color rojizo por la baja temperatura corporal, así como se veía de joven y era mal medicado por sus padres, los cambios durante esa semana fueron notables, mas Tweek los ignoraba o los negaba rotundamente, evitaba toda pregunta acerca de su aspecto o sus nuevos comportamientos, sabía que la gente se preocupaba por su salud, pero como podría responderle el rubio ante eso? Teniendo como única evidencia el vago recuerdo de un muchacho de cabello negro y ojos azules dejando su cuerpo descansar en la cama donde dormía todas las noches?

Al terminar la misa un día mas, Tweek permitió que la gente se acercara a hablar con él y agradecer por su impecable trabajo, a pesar de que se encontrara enfermo no faltaba un solo día y siempre estaba al servicio de los demás. El cura solo agradecía tales preocupaciones, pero durante la conversación alguien había indicado que esa noche sería luna llena, algo que llamó mucho la atención del rubio, recordando aquellas voces que no dejaban de hablarle todas las noches antes de que cayera dormido.

Desde ese momento, el rubio parecía haber entrado en una especie de shock, un gesto apagado se notó en su rostro, mas se despidió de toda la congregación para cerrar las puertas del convento y darle fin al día de trabajo en la iglesia. Mas Tweek se encontraba en medio del pasillo hacia el altar, viendo aquella enorme cruz que colgaba en el techo, la que cada día le mentía y le daba la espalda tras aquella noche oscura en la que sabía que lo entregó todo, pero no recordaba de que forma.

“es esta noche, hazlo hoy”

“no hay retorno, hiciste el pacto y debes completarlo”

“se merecedor de tu recompensa, finaliza el pacto”

Con el rosario de madera entre sus manos, solo se quedaba observando al frente, sintiendo un leve pitido en los oídos, debía empezar a actuar si quería que todo saliera tal como quería, y nada le iba a detener de volver a ver a su amado, ni siquiera aquella santa iglesia donde prometía a tener a la almas a salvo, mas solo eran viles mentiras de los mismos católicos, nadie estaba a salvo en ningún sitio, y eso el cura iba a demostrarlo esa noche.

•••• •••• ••••

Era de noche, una noche despejada, y dentro del cuarto de cura jadeos se oían junto con lloriqueos, la puerta estaba bloqueada con llave, y una mano sostenía un cuchillo ensangrentado, el cura miraba el cadáver de una joven  sus pies mientras soltaba varias lágrimas de miedo y dolor, nunca había hecho algo tan malvado y desalmado como eso, el chantaje, la mentira, y finalmente el homicidio. Tweek se tomó de la cabeza gritando de dolor, de frustración por lo que había acabado de hacer, asesinar de varia puñaladas a una joven inocente y pura que estaba enamorada de él.

Así es, aquella joven monja de 20 años, pura de corazón y alma había dedicado su corta vida a la palabra de dios, a serle fiel, a ayudar a los demás. Pero había alguien a quien amaba además de a Dios y Jesús, y ese era el joven cura de ojos peculiares, a quien siempre le ha dedicado poemas y sus sentimientos puros hacia él, que para ella no habría nadie mas así como Tweek estaba en su corazón.

El rubio sabía e amor que ella le tenía, pero su respuesta siempre era un “como un mensajero de dios, amo a todos por igual”, dándole a entender a aquella monja que para Tweek no había favoritos, cuando en realidad, para él no existía nadie mas que Craig en su corazón, solo eran mentiras para liberarse de alguien quien no le interesaba en lo mas mínimo, de una forma gentil y delicada.

La casa de Dios (Two-shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora