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—¡Oh Gabriel! ¡Deja caer tu cabello! – el de pálida piel, montado en su fiel corcel, gritó en dirección a la estructura de piedra que se extendía delante de sus ojos.
—¡No puedo, Valentino, está muy desenredado! – con voz adormilada, el de profundos ojos contestó, mirándolo desde la única ventana de esa solitaria construcción.
—¡Te dije que pasaría por ti al caer el sol! ¡Llegaremos tarde a la celebración de la princesa María! – bajando de su caballo, escaló la torre gracias a las múltiples lianas que allí crecían junto al musgo, apegadas a la pared, reacias a soltarse – ¡no podemos llegar tarde, es la boda de tu hermana! La Reina se enojara conmigo – con miedo en su voz, comentó. Ya había visto a la reina enojada, no deseaba verla de nuevo.
—Deja de bromear, Tino, bien sabes que eres su favorito – tranquilizó al más alto mientras cepillaba su larga cabellera, mas no sedosa. Una vez terminada su hartante tarea y, acomodándose el enorme vestido rosa chillón, se acercó sonriente.
Valentino frunció el ceño, antes de volver a insistir. Luego de un largo tira y afloja, Gabriel bufó, dándose por vencido antes de bajar con cuidado por la torre, seguido por el rubio de brillante armadura.
Tino, el caballero, subió a su elegante corcel, tomando la firme mano de la princesa y ayudándolo a montar el animal. Una vez arriba, este se agarró de la delgada cintura del de claros cabellos.
Mientras iban dejando la vieja construcción atrás, bordeando el plano de flores y pasando los tupidos árboles cantarines, llamados así porque los pájaros allí posado cantaban todo el tiempo, el de cargo real habló.
—¿Me prometes algo? – preguntó en voz baja, llamando la atención del jinete.
—¿Qué cosa, princesa? – la suave voz del más alto apenas se escuchaba por el ruido que producían las pezuñas del caballo al chocar contra la tierra.
—Que me llevaras a ver las estrellas una vez esto termine – con voz firme pidió, no, exigió el de tez morena.
Con una pequeña y sutil sonrisa, el caballero asintió, antes de acelerar el paso, divisando el gran castillo a la distancia.
Ya más tarde le explicaría a la Reina Rosa porque se escaparon a mitad de la boda y volvieron a medianoche embarrados hasta la cintura, con una gran sonrisa en sus caras.
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Un pequeño fanfic de "Cenizas de un hombre muerto", de -softsummer (es hermoso, léanselo o hay tabla)
Feliz cumple Softy! Y qué cumplas muchos más!
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Mil y un cuentos sobre caballeros y otras cosas
Short StoryMil y un cuentos sobre caballeros y otras cosas, independientes cada uno del otro.