-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-
—¡Al fin llegas!– grito emocionada la "damisela en apuros", acercándose rápido a la muchacha que subía por la iluminada ventana–.
—Mira que correr así, definitivamente tienes mala suerte con los hombres– burlona, la de azabaches cabellos comentó, abrazando cariñosa a su mejor amiga–.
—Si no hubieras venido aún seguiría aquí– la chica se separó de la otra, hablando con tono triste y haciendo un puchero antes de mostrarles sus muñecas encadenadas–.
—Ya lo creo, pero bueno, al menos el joven se consiguió a su propio príncipe– cortó las cadenas que apretaban las muñecas de la rubia restándole importancia al asunto, sonriéndole amable antes de llamar a su ave–.
El animal de rojas plumas cuál caliente fuego, apareció por la gran ventana, posándose en el delgado barandal. Ambas mujeres subieron rápido a está, siendo la más joven guiada por la de tez más oscura.
—Arriba!– con fuerte voz ordenó a su mascota, haciendo al ave despegar vuelo por el firmamento teñido en rosa–.
Las grandes alas del pájaro se extendían, generando una negra sombra sobre los árboles parlantes y los seres que caminaban errantes por los bosques.
—¡Se más cuidadosa! Chocaras a algún pobre dragón!– la de rubios cabellos, Lana, exigía a su valiente amiga reducir la velocidad, agarrando aterrada su cintura–.
—Pues será su culpa si llegan a lastimar a mí Fénix!– carcajeándose, Mónica contestaba entre risas antes de hacer alguna maniobra arriesgada–.
Entre charlas, gritos, y una que otra lágrima ocasionada por la risa, llegaron a la torre de la de oscuros cabellos. Ayudando a Lana a bajar, Mónica camino por su torre, extendiendo los brazos y mostrando orgullosa a la rubia sus "trofeos de guerra"–.
—Este es un colmillo de dragón, aquel un cuerno extra de unicornio, aquí hay un pedazo de cabello de elfo y más por allá, algo que los humanos llamaban tenedor, sirve para peinarse el cabello, aunque es algo inutil...– con voz victoriosa hablaba la muchacha, explicando contenta y respondiendo cada pregunta que su curiosa amiga formulaba–.
—Increíble! En serio eres increíble, Mónica! Pero...qué es eso de más allá?– con tono curioso preguntó la más joven, mirando atenta un extraño y metálico objeto–.
—Eh? Ah, eso! Lana, estás a punto de ver mí más grande logro...– acercándose a la jaula cubierta con una blanca sábana, comenzó a retirarla –te presento a...Manchitas!– una vez la manta dejó de cubrir la pequeña estructura, un perrito de cabellos claros y manchas negras, ladró contento–.
—Que adorable!!! Que es?!– Lana se acercó confianzuda al animal, siendo detenida rápidamente por Monica–.
—No te confíes! Es un peligroso animal, los humanos lo criaron, debe ser malvado!– apuntándole acusatoriamente, la de oscuros cabellos miró con gesto profundo al pequeño cachorro, haciendo que esté la viera confundido antes de rodar en el suelo juguetón–.
—Tantos viajes te están haciendo mal, como puede ser malvado? Si bien lo criaron los humanos, no significa que sea malo, mira que lindo es!– ignorando las advertencias de la contraria, corrió a abrir la metálica jaula, alzando enseguida al cachorro en sus pálidos brazos y dejando que este moviera la colita contento–.
—Lana! Cuidado! Te va a lastimar!– la asustada mujer trataba de sacar a la "peligrosa criatura" de sus brazos, sin conseguirlo–.
La rubia miraba sería los inútil intentos de su amiga por sacarle a Manchitas, frenándola y dándole al perro en un rápido movimiento. En los brazos de la morena, este se movió sobre la estática chica, lamiendo su rostro con una sonrosada lengua. En menos de lo que un cachorro podría decir "guau", Monica ya se encontraba en el suelo jugando con el animal.
Y así transcurrió la tarde, entre risas por partes de ambas y ladridos de perro. Afuera, los dragones pequeños se paraban en las ramas curiosos de tal alboroto y algarabía, mirando chismosos. Uno de los elfos que pasaban por debajo de la torre juraría haber sentido una rama caer sobre su cabeza, haciendo que mirase acusatorio a los inocentes dragones.
Si supiera quien lo lanzó se habría vuelto loco. O tal vez habría pedido jugar con él. Quién sabe?
-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-
Espero que este pequeño fanfic acerca de dos de las damiselas favoritas de Karmaland les haya gustado!
Nos leemos otro dia!
YOU ARE READING
Mil y un cuentos sobre caballeros y otras cosas
ContoMil y un cuentos sobre caballeros y otras cosas, independientes cada uno del otro.