XiCheng Modern AU
Viviendo vidas tan contrarias, los destinos de Jiang Cheng y Lan Xichen deciden cruzarse caprichosamente en busca de un sólo objetivo: poder amar a alguien con la misma intensidad que aman a los demás.
(. △ .)
El hermoso arte no me...
Nuevamente, la única alarma que estaba dispuesta a levantarlo eran los gritos de sus padres, bueno, más bien el grito de su madre y la contestación "calmada" de su padre.
Adolorido por la pelea de ayer, se levantó de la cama y, a dudas penas, logró encerrarse en su baño.
"Mierda..."
Dos... No... Cuatro hematomas a lo largo de su torno y brazos.
Suerte para él que estaban entrando a invierno, teniendo la excusa perfecta para usar ropa más abrigada y cubrir así sus marcas.
Sin embargo, Jiang Cheng no se arrepiente de nada.
Había "salvado" a ese estúpido mocoso de un grupo de delincuentes juveniles ("¿Acaso esos idiotas no tienen nada mejor que hacer?"- siempre se preguntaba lo mismo) y llegado a tiempo a casa para que su hermana le explicase los temas que no pudo entender en su momento.
Su hermana...
A decir verdad, ella era el único soporte que Jiang Cheng tenía para continuar, o siquiera levantarse cada mañana...
Todo es por ella.
¿Su madre? Para ella, nada de lo que haga su hijo será suficiente. ¿Su padre? Su hijo era el menor de sus problemas.
Siempre pareciendo tomar el papel de padres responsables cuando lo único que hacen es discutir sin sentido sobre el progreso que el Jiang toma en su ciclo escolar.
Sin sentido obviamente porque Jiang Cheng siempre se esforzaba para mantenerse en el primer puesto, no sólo de su clase, sino también de su promoción.
¿Qué decían ellos sobre sus logros? Circunstancias fortuitas que no tenían más que ver con su hijo.
"—¡A-Cheng! ¡Estoy tan orgullosa de ti!" A pesar que esas palabras no salieron de sus progenitores, salieron de su hermana mayor, su luz, que le provocaba la misma satisfacción.
"Todo es por ella..."
Así mismo, abrió la regadera y dejó que el agua pura salpicase sobre las manchas negras que parecían querer tardarse en sanar.
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—A-Cheng, buenos días~
Como un canto angelical, YanLi lo saludó extendiéndole su plato de comida en su asiento habitual.
Una sonrisa cansada proporcionada por él bastó para que ella entendiese que debían hablar a solas después. El momento de ir a la escuela era más que suficiente.
Antes de poder tomar asiento, un llamado sumamente autoritario lo detuvo de cualquier acción.
—Jiang Cheng.
Retornó a su posición a un lado del asiento, como un extraño, un polizonte que llegó a perturbar la paz de esta adorada familia.
