第3章

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—¿Qué blusa se me ve mejor? La blanca con titanes locos corriendo, o la negra sin estampado — hablo Hanji, teniendo la atención de su amigo Levi.

—La negra se ve mejor — dirigiendo su mirada a aquella blusa, y volviendo a verse en el espejo limpio y reluciente.

—Mmmm, ¡Nah! La de titanes de ve mucho mejor — aclaro ella, aventando la otra blusa hacia la cama de Levi.

—No dejes tu tiradero en mi cama quieres, más vale que te lleves eso. Si no mi mamá confundirá las cosas — acomodando su linda corbata roja.

—¡Pfff! ¿Acaso tu madre no sabe tu orientación sexual?, aparte te trae mal un castaño todo idiota — bufó ella. Levi la miro de la peor manera por haber llamado así a Eren.

—¿Le pareceré lindo ahora arreglado...? — preguntándose a si mismo.

Lo que no sabía es que el ya era perfecto, apesar de su baja estatura era un hombre tierno y cariñoso con las personas que les agradaba ¿Por qué mierda dice esas cosas?

—Eren se pierde todo de ti. Es un tonto — interviniendo en la imágen que reflejaba en Levi —¿Estás listo? Nos la pasaremos muy bien en el bar — dijo dándole un abrazo al azabache.

El no hizo nada, más que quejarse ya que lo dejaba sin aire.

Los dos bajaron, ahí se encontraba su madre haciendo de comer.

—¿A dónde crees que vas jovencito?

—¡Señora Kuchel! Que linda se ve hoy — alago Hanji a la señora Kuchel, que ella le sonrió agradable.

—Iré a un bar con Hanji...

—Me alegra que salgas, últimamente has estado aquí encerrado y con esos ojos tristes — su madre se acercó a Levi y le dio un beso en la mejilla —¿No vayas a pasarte de bebidas bien?

Los dos asintieron y salieron de su casa.

—¿Cuando sacarás tu licencia de conducir? Realmente estoy agotada.

—Tal vez nunca, o no lo sé.

Caminaron hasta llegar a aquel bar, donde el amigo misterioso de Hanji.

El bar no estaba tan lleno, música pop se escuchaba. Algunas personas ya hasta estaban borrachos y aún no era de noche.

Un hombre rubio se encontraba ahí sentado, bebiendo un shot. Pareciendo esperar a alguien.

—¡Erwin! — grito Hanji, captando la atención del rubio. Este se dio la vuelta y miro a Hanji.

Este se levantó de su asiento llendo con ellos.

—Hanji, que gusto verte.

—Igual Erwin. Te presento a Levi, es uno de mis compañeros e amigos de universidad — apuntando a el con su palma de la mano.

Erwin al verlo, se le iluminaron los ojos, Levi lo miro serio y le extendió su mano.

—Un gusto Erwin.

—El gusto es mío — correspondiendo a su apretón de manos —P-por que no vienen a sentarse, deben de tener sed.

—El gusto es mío — correspondiendo a su apretón de manos —P-por que no vienen a sentarse, deben de tener sed

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—¡Eren! Ya vámonos, Jean debe de estar esperándonos.

—Vamos Armin, en un momento voy, no te desesperes — probándose diferente ropa.

—¡Ahg! Tardas mucho más que Mikasa — lanzándose en la cama del castaño —¿Y te dejo ir con nosotros? Luego se preocupa de que tomas mucho.

—No le dije nada, también se cómo se llegaría a comportar si se enterara.

—Ahora que lo pienso, ya no hablas con Levi. Recuerdo que hubo un momento en donde solo hablabas de el — sospecho un poco Armin levantándose de la cama y viendo los juguetes de acción.

Eren al escuchar eso, miro el suéter que le prestó a Levi en el sesto de ropa sucia, le llegaba esa nostalgia de ya ni hablarle desde que su relación con Mikasa había funcionado.

—¿No piensas volverle a hablar? Se ve un buen chico — propuso Armin.

Eren quedó pensativo, apesar de ser un chico extrovertido era algo penoso iniciando conversaciones. No respondió a eso, y solo pensó en terminar de arreglarse para ir a dicho bar, por qué para eso lo invitaron, para pasarla bien.

En un abrir y cerrar de ojos se escuchó como alguien tocó el claxon, haciendo que Armin se fijaría tras la ventana, Jean ya venía por ellos. Acompañados de Connie, Marco, Reiner y Berthorld.

Estos bajaron de inmediato al escucharlos, Eren solo se despidió de su madre y se fue directo a subirse al auto.

—¡Eren, tardas décadas adentro de tu habitación! — grito Jean soltado unas carcajadas y acelerando el auto.

—Habra muchas chicas guapas ahí, invitaré a alguien con quien baile conmigo — comentó Reiner baboseando imaginando los grandes pechos de las mujeres.

—¡Eres un cerdo! ¡Vamos a una noche de chicos! ¡No a estar con chicas que solo se la pasan hablando de maquillaje! — entusiasmado hablo Connie, quitándole la idea de la cabeza a Reiner.

—¡Exacto suicida, pensemos en nosotros ahora que nos la pasaremos excelente! — agrego Eren completamente decidió que eso pasaría.

Estos llegaron a la velocidad de la luz al bar, salieron como si ya estuvieran tomados. Pero en realidad, solo se estaban gritando-riendo en el auto.

—¡Huele a Berthorld vomitando en la esquina! — recordó Marco el momento.

—Vamos Marco, no recordemos eso... — sobo un poco su brazo.

Aquellos chicos entraron, y vaya que había ambiente. La música retumbaba y muchas personas bailaban como si fuera el fin del mundo. Eso le agradaba a los jóvenes, que al entrar tomaron unas copas y las tomaron como agua.

—¡Wow! Hay muchas personas bailando, que no puedo tomar mi copa — Eren se estiraba para alcanzar aquella copa que se encontraba lejos de el.

Poco a poco se acomulaban cada vez más, y Eren perdía de vista a sus amigos. Por accidente choco con alguien, trato de voltear pero le era imposible.

—¡Oye! Lo lamento, no me dije bien — dando por fin su vuelta quedando enfrente de el.

Eren quedó sorprendido al saber quién era esa persona.

—¿Levi?

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HEATHER SHORTS!

¡Disculpe mesera! — levantó la mano Reiner, captando la atención de una de las meseras.

—¡Dígame joven! — una rubia se acercó a el sacando su libreta.

Reiner quedó babeando, era una rubia de baja estatura pero esos ojos celestes cautuvaruan a cualquier hombre.

—Queremos un poco de cerveza, para todos — Jean saco un billete de su bolsillo y se lo dio a la mesera.

—¡En un momento! — ella le sonrió y salió corriendo.

—¿Qué hiciste? ¡Le iba a pedir su número!

—Basta de chicas Reiner, tienes a miles atrás tuyo. — aleteando su mano Jean sin importancia de un lado al otro.

—Chicos... No me siento bien — Bertholdt tapo su boca, se veía pálido.

—No es lo que me voy a imaginar — Marco empezó a espantarse.

Solo Bertholdt hizo lo suyo, vómito un poquito verde viscoso en Reiner. Todos al ver eso quedaron asqueados.

—¡AHHHH! ¡BERTHOLD!

—g. 💮
© heather shorts 💮

heather ✧ ereriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora