No Me Olvides. ~YOONMIN~

1.

Eran las 7:30 de la mañana del 13 de octubre cuando recibí la noticia de que Yoongi, mi mejor amigo, se había suicidado a los dieciocho años por una sobredosis de pastillas.

Justo un día antes de mi cumpleaños.

Recuerdo haber colapsado en el suelo de mi habitación mientras me agarraba el pecho porque el oxígeno no entraba a mis pulmones, llorando en silencio y rogándole a Dios que ese último mensaje donde Yoongi me susurraba con voz débil que me amaba y que lo perdonara, fuera una mentira.

Dios no me escuchó y yo jamás pude volver a creer en que existiera tal cosa como un Dios.

Lo velaron tres días, pero como el cobarde que siempre fui, escapé, terminando en ese lugar donde él siempre me llevaba. Donde las olas del mar danzaban tranquilas porque la marea no era demasiada, mientras el sol iluminaba todo con sus resplandecientes rayos y el cielo era cubierto por un maravilloso celeste.

"Las playas de Busan son preciosas"-. Mencioné una vez que nos escapamos de clases y tomamos un bus hasta Haeundae. Yoongi me había mirado con ojos brillantes, asintiendo y regalandome esa sonrisa hermosa que mostraba sus encías-. Tan lindas como tú, Jiminnie-. Me sonrojé y recuerdo haber sonreído también, porque lo más precioso aparte de Busan, era él.

Mamá me estuvo buscando dos días mientras yo estaba perdido en botellas de alcohol y unas cuantas mierdas baratas que me vendían por ahí y me hacían perderme por horas. Cuando ella me encontró en ese almacén viejo y descuidado donde me estaba quedando, con la ropa sucia y los ojos hinchados y rojos, mostrando con cansancio esas ojeras moradas de no haber dormido, me abrazó con fuerza, susurrandome entre llanto que todo iba a estar bien. Por un segundo me permití creerlo, pero como siempre, me equivoqué en pensar que un abrazo cualquiera o que palabras de aliento vacías podrían opacar la calidez que solo una mirada de Yoongi me entregaba.

Encontrarlo fue una Serendipia, mi más grande logro, pero fue tan efímero, que perderlo fue perder mi vida entera y perderme a mi también.

No podía vivir sin él y lo descubrí cuando volví el último día de su velorio y lo vi ahí; frío, solo y pálido. En ese cajón que procuraba ser su resguardo, con los gusanos envolviendolo una vez estuviera tres metros bajo tierra, mientras su alma se perdía con el viento. Y no, no pude. No pude aceptar que un horas antes de que él perdiera la vida, habíamos hablado para planear lo que íbamos hacer en el día que se suponía tenía que ser de celebración.

Me fui de ahí con el vómito en mi garganta y con la imagen permanente en mi cabeza de él en ese asqueroso cajón.

Nadie me dijo que esa imagen iba ser la causa de todas mis pesadillas.

Enterraron su cuerpo el 16 de octubre en un cementerio de Daegu, su ciudad natal.
Y cuando supe que ahí estaría su cuerpo, quise gritar, porque Yoongi me había dicho que no quería un funeral, me repitió mil veces que no quería que su cuerpo fuera puesto en un mueble (como él le decía) hasta pudrirse, de hecho ni siquiera quería que su entierro fuera en Daegu.
Yoongi nació ahí, pero creció en Busan y siempre que le preguntaba, me decía que prefería ser cremado, con sus cenizas esparcidas en esa playa donde siempre íbamos y que ya se había convertido en nuestro lugar especial.

Saber que a pesar de todos mi ruegos, su petición no había sido cumplida, solo hizo que la culpabilidad y la desolación me tomaran por completo.

-"Lo siento Yoongi, lo siento por no haber estado ahí"-. Le susurré con dolor a ese pedazo de tierra que cubría los restos de quien había sido mi mejor amigo desde los seis años.

Quería llorar, quería gritar hasta que la angustia y la tristeza me dejaran en paz.
Quería volver cuatro días atrás y decirle que él era lo único que tenía. Recordarle que era lo mejor que me había pasado, que no quería a nadie más que no fuera él en mi brazos. Quería volver el tiempo para abrazarlo y aunque hubiese sido la última vez, mencionarle que me tenía a mi, que a pesar de cualquier situación o error, él realmente podía contar conmigo, que yo lo entendería, lo apoyaría y amaría incluso si él pensaba que no se lo merecía.