~~ Capítulo único ~~

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A veces se pregunta cuantas veces se enloquecía imaginándose al tener a este pequeño individuo rebelde bajo su merced, acorralado sin tener una salida y sobretodo, mirándolo de forma tan, pero tan inapropiada que hasta ya parecía imposible de controlarse a sí mismo en no caer en su propia tentación.

Maldiciendo noche tras noche en no mantener su control cada vez que observaba a este pequeño (pero ya no pequeño, aun sabiendo que apenas lo alcanza hasta los hombros) joven hombre delante suyo: con esa mirada penetrante que sólo le traía odio y repulsión hacia el hombre mayor.

Pero su mirada no era odio, sino más que eso. Hasta interpretar de lo que esta en su mente sólo le ocurría una cosa.

Y es que esta noche es una de ellas que al fin podrá hacerlo suyo sin dar vuelta atrás.

Y ahora ambos están en la habitación del alcalde en la mansión principal en Wisconsin, sabiendo del peligro que enfrentaban si lo hacían en Amity, eso seria un suicidio.

Y más si el halfa mayor lo haya planeado en esto constantemente.

Una cena lujosa, discusión sobre de lo que le depara el futuro y finalizando con un beso desesperado del parte del otro hombre mayor para dar inicio un espectáculo oscuro que ambos ansiaban en interpretar. El joven sabia que este hombre no soportaría un segundo más salirse del muro de la gente que los rodeaba cuando miraban al alcalde, ni mucho él tampoco. Tanto que el aire era asfixiante para no poder controlar y comerse al otro sin que nadie supiera de esta actuación.

Lo tiró de la corbata para atraerlo más para seguir con el ardiente intensidad de los besos que el mayor prolongaba mientras que su espalda se pegaba con la pared de una parte de la mansión que le resultaba fría, pero eso no lo importó tanto ya que, con impaciencia en arrancar la estúpida capa de ropa que el alcalde traía puesto.

Con el saco fuera y un esfuerzo inútil de desabotonar los botones de la camisa, Vlad interrumpió el beso para ayudarlo a desabotonarlos (solo porque no quería arruinarlo ya que era ridículamente costosa). Y con esa distracción, hizo intangible las prendas -menos los pantalones del chico.

Ante esa acción sólo hizo que se molestara.

— No te preocupes, pequeño tejón —su rostro acercando lentamente su cuello, succionandolo hasta dejar marca —, aún estamos comenzando. Siento tu impaciencia tanto como la mía. Pero descuida, esta noche no me contendré hasta hacerte mío.

Su respiración se detuvo al escuchar esas palabras aunque por los años se ha acostumbrado a esa forma tan sensual de parte del otro sin amenazadas disfrazadas en ellas.

Daniel lo deseaba tanto que hasta negarlo ya no es opción.

— Si lo tomas como desafío, tampoco me contendría, fruiloop. No importa de las veces que me haces gritar, suplicar y sumirme a ti, no tiene caso fingir que no quiera esa forma de amar tan alocadamente.

— Bueno, si es así cómo lo ves, Daniel — otro suspiro para volver a devorar esos ya rojizos labios. —, Entonces aceptaré el desafío.

Tomaron su tiempo antes de llegar con el siguiente numero de la actuación: manos recorriendo a cada parte del cuerpo del otro menos lo del mas inquietaban, mirabas de arriba a abajo, sin decir palabra evitando más la tensión que los sofocaban.

Vlad lo abrazó, sin queriendo soltarlo y su cabeza enterrada en el hombro del chico. Sólo quedándose quieto mientras pensaba: ¿Cuantos años hayan pasado desde ese día para que terminara de esta forma, sabiendo que está rompiendo todo lo que no tenia en mente?

Si es así cómo poco a poco se iba su cordura desde que sufrió ese fatal accidente... Aun así no podía evitar al menos en querer, por lo que sea un poco, sentirse amado.

Amarte a morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora