• Puppy • [KookTae] One Shot.

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Casualidad

Sus clases terminaron recientemente y se dirigía hacia su hogar. Era un día soleado, pero él disfrutaba de su caminata extensa, pasando por el parque y esa linda cafetería que estaba camino a su casa. Estaba en semana de exámenes y había estado sumamente estresado estudiando, entregando tareas y proyectos, por suerte para Taehyung él era muy inteligente y podía lidiar con ese tipo de presión.

Caminaba lentamente, disfrutando de la vista y la cálida brisa. Con sus libros en su brazos y su mochila llena con otros cuantos más, el parque era su lugar favorito porque los niños jugaban alegres ahí y él se sentía contagiado por esa alegría. Algunos ya le conocían y lo saludaban con frecuencia.

Se tomó el tiempo de rodear el parque antes de sentarse en uno de los bancos. Sacó su botella de agua y tomó un sorbo antes de que unos ligeros chillidos llegarán a sus oídos.

Movió su cabeza hacia la derecha, confundido de lo que había escuchado pues no veía perro alguno. Miró al rededor y se paró de su asiento siguiendo los chillidos, finalmente encontrando una caja abandonada con un par de cachorros dentro, detrás del gran árbol.

— Ay, que cositas tan bonitas. — se agachó para poder acariciarlos. Eran muy pequeños y se veían hambrientos. Tenía un poco de su comida sobrante en su mochila y sin pensarlo sacó su tupper para poder alimentarlos un poco, también les dió un poco de agua que bebieron con desespero.

No sabía que haría pero no podía dejarlos ahí, a su suerte.

•••

Suspiró con fastidio caminado bajo el horrendo sol, hacía un calor horrible y él no estaba dispuesto quitarse su chaqueta de cuero. Había salido de su trabajo y tenía que caminar un largo tramo hacía el estacionamiento donde estaba su motocicleta, dado que era el único lugar donde podía dejarla.

Trabajaba en un bar cerca del centro, su jornada laboral iniciaba de noche y terminaba por la mañana, así que era hora de ir a su hogar a descansar.

Caminó fastidiado y perdido en sus pensamientos cuando unos alaridos apenas perceptiles llamaron su atención.

Buscó al rededor para ver de donde provenían, pero no vió nada. Iba a retomar su camino cuando de nuevo, escuchó los chillidos. Caminó un poco al rededor del parque y cuando se topó con la fuente de chillidos sus ojos  divisaron a un bonito chico de ojos almendrados y dulces junto a un par de lindos cachorritos.

El chico dió un salto cuando notó su presencia, aunque intentó disimularlo sus mejillas se tornaron rojizas. A Jeongguk le pareció adorable, pero mantuvo intacta su imagen de matón.

— No deberías tirar a los perritos, es ilegal.

El rubio abrió la boca ofendido, pero más que molesto parecía un chiquillo berrinchudo.

— Yo no haría algo como eso. Estaban aquí antes.

Jeongguk sonrió cuando el otro se giró de nuevo hacia los cachorros, trató de no mirar pero falló cuando el bonito rubio se agachó hacia la caja, el bonito cuerpo del chico no pasó desapercibido por su líbido.

— ¿Vas a llevártelos? — habló de nuevo el pelinegro.

Taehyung lo miró con culpa y negó lentamente. Jeongguk suspiró, ¿Cómo hacía ese chico para lucir tan adorable?

— De acuerdo, me los llevaré yo.

El rubio pareció alarmarse con lo que le había dicho, e inconscientemente se interpuso entre él y la caja. Jeongguk frunció el ceño ante lo hecho y entonces entendió lo que pasaba; El chico le tenía desconfianza, ya le había pasado antes. La gente suele juzgarlo por su vestimenta, sus tatuajes y a veces por sus heridas que tenía cuando se metía en peleas ajenas que surgían dentro del bar.