Y tengo alas para volar...

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Otro día mas aquí…

Otro día mas en que me cuento observando mi reflejo..

Otro día más en que siento dolor pero logro calmarlo cuando salgo a ese largo pasillo a sentir el frió del suelo recorrer todo mi cuerpo, es un dolor placentero.

Otro día más en el que mis oídos son llamados por la mejor música clásica (Mozart, Beethoven, Bach) y mis pies caminan sobre aquellos pisos de madera como si tuvieran vida propia, mis brazos se dejan guiar… Se podría decir que parezco un muñeco títere y que soy controlada, pero, agregaría que me complace entrar en ese aterrador juego.

Me podría encontrar en ese lugar oras, días, semanas, años.. Escuchando la misma melodía, siguiendo los mismos pasos, sintiéndome libre..

Pero como dijo un Dr. de Psiquiatría –“los humanos nunca podremos volar”-

Y así es que cuando recuerdo eso, término limpiando mis heridas de aquellos pies que me piden a gritos que pare, pero mi cuerpo me pide más.

-“¿A quien debo seguir?”

Y en ese momento escucho a mi querido Vivaldi llamar y sin dudarlo me levanto del lugar, acomodando mi atuendo mientras aquellas puntas están lista para ir por aquel amor perdido en el paso del tiempo…

Y de más esta por decir mis queridos lectores que logre pasar las mejores veladas junto a aquellos hombres que ya no están físicamente pero a través de esas melodías han entrado dentro de mí, apoderándose de ente joven e inexperto cuerpo..

Logre sentir amor, dolor, desprecio, enojo… logre derramar lagrimas ante aquellos pero al final siempre termine sonriendo y de pie.

¿Eso es amor? Tal vez, muchos le dicen amor al arte, otros simplemente me creen muy apasionada… Podría decir que ni yo logro comprender que me sucede, pero si… Se acerca al amor, es sentir amor en todo su esplendor.

Es increíble y aun me sorprendo que aunque pasen años vuelvo a sentirme como si fuera la primera vez junto a ellos. Puedo estar en un salón con varias alumnas o sola, en el turno noche… bueno “sola” graciosamente nunca estoy sola con ellos.

Y para ir terminando esta “tonta confesión de una simple Bailarina”…

En aquellas noches en que sentía los ojos de aquellos espectadores fijos en mi, sentí la verdadera libertad en cada paso, sentí como estos hombres me dieron las alas para poder volar…

Yo.. me sentí realmente libre.

Diario de una depresiva.Where stories live. Discover now