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[ Jeon Jungkook]

Mi sangre pareció dejar de correr por mis venas.

— Si, C-Claro que si señor—  una vez dicho eso me dirigí a la cocina, y ahí lo encontré— Jimin, un cliente pidió verte, está con el joven Kim... Creo que deberías ir.

Tan callado como siempre me sonrió y procedió a ir con el cliente mencionado, ¿Cómo le hará para demostrar tanta tranquilidad?
Yo estaría muerto del susto.

[ Jeon Jimin]

Busque entre el lugar a la cabellera del señor Kim, tan llamativa como siempre.
Su mesa está vez no se encontraba sola, un joven de tez pálida y cabello negro se encontraba al otro lado de la mesa.

— Disculpen, Pidieron de mi presencia, ¿Puedo ayudarlos en algo?¿Hay algún problema? — dije para dar una pequeña reverencia, la mirada de al parecer alfa de tez pálida se posó sobre mí, mi tranquilidad se mantenía, pero pareciera que esos ojos tan oscuros se metieran en lo más profundo de mi alma.

— Si, yo pedí de su presencia. Es la primera vez que vengo a este lugar y me gustaría felicitarlo por su café — una sonrisa de niño pequeño apareció en sus finos labios, mi cuerpo parecía estar congelado al verla.

— Le agradezco mucho señor... Discúlpeme ¿Cuál es su nombre señor?

— Soy Min, Min Yoongi... Un placer ¿Joven...?

— Park, Park Jimin... — sonreí —  Gracias por sus agradecimientos, es un honor para mí que mi café le haya gustado señor Min—  su mirada tan intensa se conectó con la mía, mi corazón nervioso solo genero que mi lobo moviera su cola de lado a lado— Si me disculpan señores— llame la atención de ambos — debo volver a mi labor, disfruten del café y la casa invita el postre— Luego de eso camine hacia mi puesto con el pulso a mil ¿Cómo alguien con sonrisa de niño puede ser tan intimidante?

[Min Yoongi]

— Tenías razón Kim, los empleados son una belleza—  Mi mirada seguía sobre la figura de aquel chico, el cual desaparecía cada vez más de mi vista.

— ¿El señor Min está interesado?— Lo miré con gracias y reí ante el comentario.

— Yo tengo algo que tú no Kim, se llama, corazón de piedra y seriedad — el resto de mañana fue dedicado a reír con unas buenas bebidas.

El momento de pagar llegó, por lo cual nos levantamos y dirigimos a la caja, aquel chico de ojos de bambi nos dio un trozo de pastel.

— Jimin dijo que el postre era gratis—  tome el postre y le di el dinero correspondiente— vuelvan pronto señores.

Tomamos la factura y salimos del lugar, el aire frío chocó contra mi rostro, pareciera como si el mundo me hubiera quitado la calidez de aquella cafetería.

— Hey Yoongi... Espera—  los pasos de mi acompañante fueron detenidos sin previo aviso.

— ¿Qué? ¿Se te olvido algo?— sus ojos estaban abiertos como platos y su boca estaba abierta— Oye ¿Estás bien?

— Me dio su número...— me miró sorprendido

— ¿Cómo?— me acerque para luego leer el recibo, y si, claramente había un número telefónico, el maldito lo logro—  lo logro señor.

— ¿Lo logré?— sonrió para luego pasar su brazo sobre mi hombro

— ¡Lo logro!— pose mi mano sobre su hombro para luego caminar de la manera más ridícula que sea posible, y se dice llamar modelo.

Caminamos hasta la agencia, un edificio pequeño, pero con ganancias gigantes.
Al entrar nos dirigimos hacía el ascensor, ni de broma subo esas malditas escaleras; el ascensor era lento, pero siempre nos llevaba con puntualidad.
Cuando se abrieron las puertas nos encontramos una sorpresa.

Capuchino mochiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora