Capítulo 1

51 7 6
                                    

Aveces las cosas que nos suceden pueden llegar a afectarnos en lo más profundo de nuestra alma, es algo que yo comprobé en carne propia y sinceramente me arrepiento de no haberme dado cuenta antes de lo importante que era yo mismo para las personas que me rodeaban.

Cuando tenía diecisiete años fui testigo de un dolor inmenso que nunca antes había sentido, por primera vez supe lo que era estar muerto en vida y deseé con todo mi corazón despertar de aquella pesadilla en la que estaba, pero muy lejos de despertar termine hundiéndome en lo más profundo de esta, sin amigos, sin novia, sin alguien que me diga lo importante que era para él, quizás se escuche muy tonto pensar que alguien puede llegar a tener depresión a una edad tan "temprana" pero fue lo que me sucedió, puede que sea absurdo llegar a sentirse triste, enojado y olvidado solo porque no te sientes "bien" con las personas que te rodean, pero se que no soy el único, se que al igual que yo existen muchas personas que pueden llegar a pasar por esta mezcla de emociones pero si les puedo decir algo y al mismo tiempo afirmarlo, solo diría "Siempre hay alguien que estará a tu lado para darte
!Un motivo para vivir¡".

Cuando estaba en clases de tutoría al igual que todos en mi salón solo pretendía que prestaba atención, pero por alguna razón el profesor que es el mismo que enseña química empezó con su típica actitud de "todo en esta vida es hermoso", literalmente estaba muy motivado y saltando repitiendo la típica frase "la vida es maravillosa" y sinceramente tenía un espíritu que contagiaba a toda la clase, tanto fue así que hasta nosotros mismos le seguimos el juego saltando y repitiendo lo que decía, es raro pero tiene un espíritu muy noble, apesar de que siempre le tildamos de loco o incluso muchos dicen que su comportamiento es absurdo y poco profesional, a mí sinceramente no me interesaba porque no soy de juzgar a las personas solo por "un momento" en específico, además no era tan malo después de todo.

Ese mismo día en el recreo me encontré con mi grupo de "amigos" que tenía en ese entonces y mientras todos estábamos reunidos una chica muy bonita paso por mi lado sonriendome, como me tomo por sorpresa no supe como reaccionar y solo me puse rojo del rostro, lo peor no fue eso, lo pero fue que mis "amigos" vieron todo lo sucedido así que desde ese día empezaron a molestar diciéndome que "le hablara" o algo por el estilo, era la primera vez que algo asi me pasaba y estaba muy asustando, una mezcla entre miedo, tensión, curiosidad y vergüenza era la que sentí todo ese día.

Cuando llegó la salida fui al mismo lugar de siempre para tomar una movilidad que me lleve a mi casa pero justo cuando estaba apunto de hacer una seña a un carro apareció denuevo esta chica detrás de mi asustandome, ahora que me acuerdo me da mucha risa el como casi grito del susto, con el corazón en la mano volteé la mirada y cuando la vi aparte del tremendo susto que tuve me puse muy nervioso, por alguna razón solo tartamudeaba, me sentí muy tonto en ese momento y no hubiera llegado a decir nada si no fuera por esta chica que me dijo con un tono muy dulce y gentil:

-Hola, soy Stefani Gavilán De La Borda, si lo se, tengo nombré de protagonista de telenovela-con una bella sonrisa seguida de una carcajada- ¿vas a seguir ignorandome o me dirás tu nombre?- preguntó en tono de broma.

-So...so...soy Yherevin Campos De La Cruz- dije muy nervioso- puede que no sea el mejor nombre del mundo pero es el mío- exprese con una sonrisa avergonzada tratando de devolverle la broma.

-Tienes razón, quizás no sea el mejor pero es el tuyo- dijo com un tono chistoso acercándose más a mí- oye... ¿crees que puedas mostrarme un poco esta ciudad?, es que como ya sabrás soy nueva y me gustaría conocer más a fondo todo el lugar- me dijo con una sonrisa tímida pero segura.

-Si...claro... obviamente...como eres nueva-dije tratando de ocultar mi desinformación-quizás pueda uno de estos días- dije muy avergonzado y tímido.

Un Solo Motivo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora