UNICO

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DESPIADADO

El trozo de carne donde se supone una vez hubo un rostro y una cabeza, era solo eso, un trozo de carne desbaratado entre huesos rotos, mucha sangre espesa y sesos esparcidos, pero aun así el homicida continuaba clavando el cuchillo terminando de picar lo irreconocible de lo que hasta hace un momento era un hombre joven de 22 años aproximadamente.

El homicida en cuestión estaba sentado sobre el pecho inerte del desfigurado, bañado en sangre seca y reciente, haciendo evidente que no solo estaba cubierto de la sangre del cuerpo que ultrajaba en ese momento.

Era evidente además, que ese hombre no estaba en sus cinco sentidos, pues seguía hablando con el occiso con mucha rabia como si pudiese escucharle, le repetía que se pudriría en el infierno por haberlo matado; y unas cuantas majaderías muy subidas de tono, cargadas de odio y dolor.

Sus mejillas tenían caminos que las lágrimas limpiaron de sangre y podíamos ver su piel blanca y sus ojos verdes, tenía tanta sangre encima que solo esas características eran distinguibles bajo esas capas de sangre que cubrían su cabello y sus ropas.

- ¡Corre Lolito!

- ¡Ayy... Manhee me doble el pie!

El recién nombrado se detuvo en seco y se regresó sin dudarlo, a pesar de que el sonido de las sirenas se empezaba a escuchar cerca, agarró al chaval de cabello naranja y lo montó en su espalda para continuar corriendo, doblo por el callejón a la derecha y abrió las puertas de un sótano del edificio que conectaba con los viejos departamentos, ya a pocas cuadras quedaba la colonia rural donde vivían.

Mangel sentó en el suelo al pelinaranja y saco una gorra de su mochila, la cual tenía unas extensiones de cabello negro en las orillas para ocultar su llamativa cabellera.

- ¿Cómo está tu pie amor?-

- Solo fue un calambre, ya no me duele-

Lolito se amarró el cabello y se puso la gorra ocultando su cabellera.

- Gracias por regresarte-

- No te dejaría jamás-

Mangel lo levanto de la cintura y se dieron un beso en los labios cargado de amor.

- Vámonos de aquí mi niña-

Se cambiaron de camisa para pasar desapercibidos y salieron tranquilamente a la calle y caminaron por la banqueta agarrados de la mano, platicando y sonriendo, cuando se escucharon dos disparos, dos disparos que retumbaron como en un cuarto vacío, cimbrando todo el suelo donde dormía el de los ojos verdes, haciendo que en aquel cuarto tremendamente oscuro, el chico despertara bañado en sudor y sin poderse mover.

La luz solo se colaba por una rendija iluminando su cara, sus ojos se movían tratando de encontrar algo en aquel cuarto vacío, su cabello naranja era corto y por el sudor estaba pegado a su frente, comenzó a gritar, su voz retumbaba en las paredes con fuerza.

- MANGEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE ¿DONDE ESTAS?-

- MAHEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE-

De repente Lolito cayó en el vacío y sintió un golpe contra el suelo, pero extrañamente no le dolió, en el suelo había muchas hojas de árboles grandes en colores de otoño y el viento soplaba, se sentó mirando a su alrededor y al escuchar la voz de Mangel se puso de pie.

- Lolito, ven aquí-

Caminó por el sendero buscándolo.

- ¿Mangel?-

- Aquí mi niña mira-

Lo miro a unos metros y se acercaba a él sonriendo.

- Cierra los ojos es una sorpresa-

DESPIADADO (MANGELITO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora