SHADOW
Taeyong pensó que jamás volvería a ver a Ten y eso estaba muy, muy bien si quería ahuyentar aquellos pensamientos que le impedían conciliar el sueño.
En verdad le dolía su ausencia, pero no podía imaginarse en un escenario en el que estuvieran conviviendo juntos otra vez. Aunque eso era técnicamente imposible, creía que solo tratarían en algunas ocasiones y no se vería forzado en mantener una conversación incómoda. En efecto, eso es lo que sucedió por un tiempo, se saludaban con un asentimiento cuando se cruzaban en los pasillos de la industria, o intercambiaban algunas palabras de cortesía frente a los chicos. A pesar de las circunstancias, ninguno podía poner en duda el profesionalismo del otro. Sin embargo la tensión estaba aún latente y comenzaba a incomodar a los demás, que no podían evitar murmurar al respecto.
Estaba demasiado preocupado por ignorarlo en igual medida, que no supo que se había ido hasta que fue asignado a una nueva sub unidad llamada “WayV”. En menos de lo hubiera imaginado la misma empresa lo quitó de su vista, y la voz racional de su cabeza no se contuvo en recordarle que aquello era una señal para enfocarse en su trabajo de Idol. Ya no habría distracciones. Pronto las cosas volverían a la normalidad.
O eso pensaba.
Comenzaron los sueños. Fantasías eróticas que definitivamente lo estaban volviendo loco. Él y Ten enredados entre sucias sábanas. Sí. Sábanas rojas, como el color de su alma toda pecadora.Eran las ocho de la mañana el día en que Lee Taeyong estaba recostado en la cama, masturbándose y Doyoung entró sin llamar a la puerta.
Fue la mayor vergüenza que había experimentado en su puta vida.
—Taeyong ¿Por qué no estás preparando el desayuno? —Irrumpió diciendo, como si fueran las once del mediodía. Tan pronto como reparó en el miembro desnudo del pelirrojo, su tono de voz cambió de incrédulo a la indignación y al pánico. —¡¿QUÉ CARAJOS TAEYONG!? —Cerró la puerta detrás de él y se tapó la cara.
—¡MIERDA!— Soltó mientras se giraba y con torpeza cubría su pequeño trasero con una almohada.—¿¡CÓMO ES QUE ENTRAS SIN PEDIR PERMISO A MI HABITACIÓN!? ¡ESTÚPIDO! NO ME TOCA A MÍ, ES EL TURNO DE TAEIL.
—¡ESTÁS LOCO! —Exclamó, pero se dio cuenta de que gritaba demasiado y de que se oían voces en el pasillo. Habló más bajo— en serio Tae, ¿quién se masturba en la mañana?
Taeyong se obligó a mirarlo avergonzado, con el rostro encendido de rojo pasión e ira.
—¡Qué demonios Doyoung! ¿Eres imbécil? Sal de mi cuarto —dijo entre dientes.
El contrario dejó caer las manos de su rostro y se quedó pasmado en el lugar.
Taeyong estalló en cólera.
—¡Que te vayas, dije!
Esta vez, Doyoung reaccionó. Se aseguró de cerrar y quedarse del lado correcto de la puerta. Taeyong tuvo la sensación de escucharlo decir algo, probablemente una penosa disculpa, pero no le importó, su mente seguía nublada por la excitación.
Los próximos tres días su comportamiento le había dejado claro que lo estaba evitando y respetó en silencio su decisión. Hasta que pasó una semana y Doyoung continuaba ignorándolo, haciendo de cualquier interacción incómoda entre ambos.
Una tarde se armó de valor; lo encaró al finalizar una práctica de entrenamiento. Se quedaron solos en el estudio, así que aprovechó y con algo de valentía se acercó.
—Creo que deberíamos dejar de ignorarnos por algo tan tonto.
Tardó en formular una respuesta. Parecía considerarlo.
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Bésame despacio. #TaeTen
FanfictionTaeyong pensó que jamás volvería a ver a Ten. Hasta que se creó SuperM y todo se fue a la mierda. • Reescribiendo. • Pareja principal: taeten. • Leve taeyong x doyoung. •{No se aceptan copias ni adaptaciones de ningún modo. Por favor respetar}•