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El día siguiente, Hinata vuelve a visitar a Kageyama después de clases, saltándose el entrenamiento, aunque esta vez, el pelinegro no lo reta. Estar con su compañero le da ánimos. Hinata es como un rayo de sol ruidoso que entra sin permiso, aliviando sus incertidumbres durante todo el tiempo que está con él en aquella habitación. 

Cuando el pelinaranjo se va, no pasan ni quince minutos y llega su madre. Kageyama no ha querido decirle nada sobre el descubrimiento de su aparente condición, pero al ver el rostro de la mujer, sabe que no viene con buenas noticias.

Su madre se sienta a su lado y le toma la mano.

—Tenemos que hablar algo muy importante, Tobio —le dice con seriedad, luchando con el nudo que tiene en la garganta.

—Dime —responde él con seriedad. 

—Hablé con el doctor. Lo que tienes es mucho más grave de lo que pensábamos. Pero hay un tratamiento para ayudarte... aunque es muy invasivo.

Kageyama asiente con la cabeza, aguantando las lágrimas.

—Es algo llamado hemodiálisis —continúa su madre—. Tus riñones no funcionan casi nada, cariño, así que una máquina los reemplazará para limpiar tu sangre por fuera.

El chico vuelve a asentir y ya no puede evitar que algunas lágrimas escapen de sus ojos.

—Sé que suena horrible, pero no lo es tanto —lo reconforta su madre.

—Y... ¿podré volver a la escuela... a entrenar? —pregunta Kageyama sin ninguna esperanza.

—Por ahora no, hijo —responde ella. 

—¿Qué es lo que tengo?

—Se llama insuficiencia renal...

—¿Terminal?

Su madre lo mira con sorpresa y tristeza. Aprieta los labios antes de contestar.

—Sí.

Kageyama vuelve a asentir con la cabeza. Ya no hay ninguna esperanza. 

—Sé que suena terrible, Tobio, pero no debes dejarte derrotar. Este tratamiento te ayudará a estar mejor mientras encontramos alguna solución.

—¿Y si no encuentran ninguna?

—Lo haremos —dice su madre con convicción. 

Kageyama la mira sorprendido y luego baja la mirada. 

—Y... cuándo empezarán con lo de la diálisis —pregunta el chico.

—Mañana.

—Ah.

Kageyama se mira las manos, sin saber qué decir ni qué pensar.

Una Vez Más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora