Coral y yo volvemos a casa, ella no me mira y sale del auto sin hablarme apenas. He ganado la carrera y mi humor está bastante mal. Mi pulso se detiene. Una chica cruza la acera y salgo de mi auto rápidamente.
—¡Hey! ¡Espera!
Llego hasta ella y se vuelve hacia mí. Sus ojos son oscuros. Y tiene un largo y brilloso cabello negro. Frunce el ceño al verme y retrocedo.
—¿Disculpa?
—Lo lamento. Te he confundido con alguien más.
Sonrío apenado. Sus mejillas se sonrojan y niega. Retrocede para seguir su camino y aclaro mi garganta. Avanzo un paso.
—Soy James Levy.
—Sussane. Un placer.
Se vuelve completamente hacia mí en esta ocasión. Pequeña y sonriente. Sussane Morgan. Dieciocho años. Estudiante de primer año en la Universidad de la prefectura. Vivía frente a nuestra casa y nos habíamos cruzado un par de veces solamente. Sin embargo. La observaba de lejos. Con un largo cabello negro. Al igual que el de Coral. Sonrío.
—Creo que no habíamos hablado formalmente —le digo acercándome un par de pasos. Ella no retrocede —. Eres muy guapa.
Sonríe ampliamente. Sus mejillas no se ponen coloradas en esta ocasión y sé entonces que recibe más halagos de los que su belleza amerita. Me mira coqueta. Mis ojos bajan a su atuendo. Vaqueros ajustados de color negro y una blusa a tirantes de color beige. Lleva un suéter rojo tomado en su mano y usa zapatillas deportivas. Mueve su cabello un poco, dejándome ver parte de su blanco cuello.
—No creo que sea guapa, pero gracias.
Sonrío interiormente. Era de las que se acostumbraban a tener a los hombres a sus pies. Miro mi reloj pareciendo impaciente.
—¿Tienes planes hoy?
Sus ojos se encienden y niega rápidamente. Su móvil suena y ella lo silencia después de sacarlo de sus vaqueros para volverlo a meter después.
—Tenía que salir con mi prima y... No te preocupes. No es nada. ¿Qué tienes en mente? —muerde sus labios. Bien.
—Puedes ir donde tu prima. Me gustaría encontrarte en el metro para salir en la noche. Tengo que hacer un par de cosas ahora. Y si no puedes...
—¡No! Yo... Claro que puedo. ¿A las ocho está bien?
—Perfecto y... Por cierto. No le digas a nadie de nuestra salida, después llega a los oídos de mi hermanita y... Suele ponerse intensa.
Trago después de tener la imagen de Coral en mi cabeza. Ella pone su peso en un pie y suelta una carcajada.
—Así que sigue actuando como tu guardaespaldas. Por lo que he oído no deja que ninguna chica se abra paso hacia ti.
—¿Eso dicen? —río —. Puede que no sea del todo cierto. Las chicas con las que salgo... Son contadas, porque las escojo a placer.
Ella sonríe nerviosa en esta ocasión y luego me aparto.
—James...
—¿Guardarás el secreto?
Asiente y retrocede moviendo sus caderas lentamente, finjo interés.
—Hasta las ocho.
—Hasta las ocho.
Camino dentro de la casa una vez que ella se pierde de mi campo visual. Voy rápidamente a mi habitación para tomar del final de mis últimos cajones la libreta de cuero negro. Paso las páginas rápidamente y llego a la que marca a Sussane. Hay una foto de ella y su descripción física y personal. Anoto la fecha de hoy y cierro la libreta. La puerta se abre segundos después. Coral me mira molesta. La libreta está a mi lado, no puedo dejar que la vea. Me pongo de pie poniendo una almohada sobre ella disimuladamente.
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Tus rasgos
Teen FictionPensar en Coral es parte de mí, pero no puedo tenerla, buscaré sus rasgos en otras... Para satisfacer mi deseo. Coral yo deseo... Tus rasgos.