Capítulo 4

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Miércoles, 15 de abril.

Estaba lloviendo cuando Louis corrió hasta J+A café, su abrigo cubriendo su cabeza. Abrió la puerta y chocó contra la parte trasera de una persona de pie en la parte delantera de la bulliciosa cafetería.

"Tú sabes que hay una cosa que se llama paragua," Jack dijo, estabilizando a Louis con un brazo en cada hombro. Caminaron más adentro juntos, Louis dando un paso adelante y Jack caminado detrás. "Fue inventado hace mucho, mucho tiempo, pero todavía es muy útil en estos días."

Louis dejó caer su maletín de cuero al suelo y se encogió de hombros, sacándose el abrigo mojado, Jack le ayudó a sacárselo para colgarlo en el perchero junto a la puerta.

Jack subió sus Ray bans hacia su pelo y le dijo a la dueña del local. "Dos para el almuerzo, por favor." La cortesía irradiando en su cálida sonrisa.

"Dejé mi paraguas en mi oficina," Louis dijo, sacudiéndose el agua de las manos. "Es corto el camino hasta aquí, así que pensé que podía caminar." Él se limpió las manos en los pantalones, inclinándose para recoger su maletín. "Pero el clima tenía otros planes."

"¿Día ocupado?"

Louis torció la sonrisa hacia él, pasando los dedos por su pelo mojado.

"Erm, algo así. La novia de mi asistente le compró un aro de baloncesto para poner en el basurero como regalo. Él estaba aterrorizado y me dijo que pensaba que era una distracción infantil—se veía bastante profesional—. Hasta que me dijo que teníamos que probarlo." Louis se pasó una mano por su cabello, lo que dejó que una pequeña sección sobresaliera hacia arriba. "Tres horas más tarde, no hemos avanzado con ningún trabajo, hemos ocupado un paquete entero de hojas de la impresora y él mismo se ha revelado como el Michael Jordan de encestar en el basurero."

Los hoyuelos aparecieron en las mejillas de Jack cuando se rió, el sonido áspero, profundo, gruñía, de repente, en su amplia sonrisa; sus ojos se arrugaron en las esquinas. Las cejas de Louis se arquearon en una propia sonrisa, Jack rápidamente volvió a la compostura.

"Tengo una mesa preparada, muchachos," dijo la dueña del local, sonriendo y extendiendo su brazo con dos menús en la mano. "Por acá, por favor."

La siguieron por el pasillo de mesas blancas. Estaban sentados junto a la ventana, la lluvia golpeando contra el vidrio, en un suave y sordo zumbido.

"Una lástima que esté lloviendo," Louis dijo, sentándose. "Me gustan sus mesas al aire libre."

Jack asintió, leyendo el menú. 

"A mí también."

"¿Has comido aquí?"

"Lo he hecho. Su bar es bueno, también." 

"¿Vives en el área?"

"No."

Louis esperó a que Jack terminara su oración, pero eso nunca llegó, los ojos de Jack navegando por el menú.

"Está bien," Louis dijo lentamente, recogiendo su propio menú.

Sus ojos se deslizaron fuera de la lista de alimentos y se pusieron sobre el borde de cartulina blanca. Jack parecía haber ido a una elegante y relajada gala en comparación con su suciedad de la otra vez, vestido con un blazer negro, su camisa estéticamente pura y desabotonada que parecía tener motocicletas estampadas en ella, vaqueros oscuros que se aferraban a sus muslos. Todo eso, de alguna manera, atado por un par de botas Chelsea marrones.

Escapade - (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora