El planeta vegeta ha sido destruido junto con la mayoría de los Saiyayin. Son pocos los miembros de esta raza que quedan. Entre ellos un pequeño bebé llamado Kakarotto, quien ha sido enviado a un mundo regido por ninjas sumidos en guerras. La llegad...
En el espacio, sobre los cielos del planeta Vegeta, cientos de soldados con miradas de terror e incertidumbre, observaban la escena que se desarrollaba ante sus ojos. Frente a ellos se podía apreciar a aquel Saiyayin de cabello negro puntiagudo con su armadura de combate destrozada y el cuerpo lleno de heridas. Era increíble pensar que a un en ese estado ellos habían sido incapaces de detener su avance lo que había provocado la presencia del ser al que menos querían hacer enfurecer. Frente al Saiyayin, en su módulo personal de transporte y con su nave detrás de él, se encontraba unos de los seres más temidos del universo: El gran Freezer. El llamado Emperador del mal tenía una expresión seria mientras sus ojos rojos observaban al Saiyayin frente a él. Aún que no lo demostraba, Freezer estaba furioso. El que ese Saiyayin hubiera llegado tan lejos reforzaba su desicion con respecto, a los que él mismo llamaba, sucios monos. Bardock por su parte observaba al Frezer con odio mientras en sus labios estaban deformados en una sonrisa desafiante y su mano derecha envuelta en una esfera de ki.
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Finalmente tenía ante él estaba el responsable de su infortunio. Aquel por quien él y los de su raza habían trabajado tanto durante años y ahora, el infeliz, los había traicionado planeando su total exterminio. Pero eso no seria asi y él se aseguraría de que aquel cobarde pagará por la muerte de sus camaradas. -Está sera una oportunidad para cambiar el destino del planeta vegeta -exclamó el Saiyayin mientras soltaba una ligera risa confiada siendo observado fijamente por Frezer quien en ese mismo instante levantó su mano y en su dedo indice se podía ver un diminuta esfera de energía.
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- Cambiar mi destino.... y también el destino de Kakarotto -el Saiyayin siguió hablando mientras sus músculos se tensaban- Y obviamente también tu miserable destino. El empeorador del mal permanecía con su rostro estoico sin darle importancia a las palabras de aquel ser inferior. Bardock concentró el resto de su energía en su mano. Aquel era su ataque definitivo con el que le darían fin a Freezer. - ¡¡ Arrrrr....... Será tu finnnnn....!! Y sin mas el Saiyayin lanzó su ataque ante la atenta mirada de todos los espectadores. Frezer, con una mirada fría, veia como aquel ataque insignificante se acercaba rápidamente. Solo cuando el ataque le iba a impactar, este sonrió con una mueca llena de maldad. Había llegado el momento de poner a ese Saiyayin en su lugar y exterminar de una vez por todas a esa inmunda raza. En cuestion de sagundos la diminuta esfera en su dedo aumento de tamaño, absorbiendo el ataque del Saiyayin. -No puede ser -exclamó Bardock totalmente sorprendido. El Emperador del mal riéndose a carcajadas sostenía en su dedo la esfera de energía, que era tan grande como una luna. Era muy divertido observar la expresión de todos aquellos infelices ante él. Pero era hora de terminar con todo, así que con un leve movimiento de su dedo, Freezer lanzó su ataque.
