único.

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Jimin estaba tan obsesionado con la danza que no le importaba romperse los huesos o cortarse hasta sangrar, el no pararía de bailar hasta que el telón fuera cerrado.

Jimin movía su cuerpo al compás de la dulce melodía que llegaba a sus oídos, dejándose llevar, para el era algo parecido a estar drogado (aunque lo estaba en ese momento) se movía de forma casi inconciente, pasos certeros pero delicados a la vez, demostrando elegancia y sensualidad, cierra los ojos y respira hondo, lo hace tan bien, su cabello rubio cae sobre su frente y el sonríe, comienza a girar sobre si mismo como un bailarín de ballet, el efecto de las drogas y la música están a flor de piel, jimin se encuentra en un alto nivel de euforia que no había experimentado antes, gira su cuello, mueve sus hombros, lame sus labios con picardía, nadie lo está viendo, lo hace para si mismo, porque tiene miedo de morir, tiene miedo de perder lo que más le importa, está descalzo y solo lleva una camisa y pantalones sueltos y libres, pasa sus manos por su cara, toca su mandíbula, sus mejillas y sostiene su rostro con ambas manos mientras sonríe con locura, camina por el escenario, pero de una forma extraña dando hermosos saltos, se acuesta en el suelo, levanta sus piernas, toca su cuerpo, vuelve a levantarse mira a los asientos vacíos dónde tendría que haber público, jimin sabe que su primera muerte está cerca así que prefiere darle fin a las dos de una forma dulce, la música termina, el telón se cierra, jimin sonríe satisfecho, apunta con un arma a su cabeza y solo jala el gatillo.

Black SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora