Parte 1

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Yibo se encontraba frente a la puerta temblando, había tomado una decisión y casi parecía que se estaba arrepintiendo, pero no, era un hombre y su madre no crió a ningún cobarde. Si algo le estaba llamando tenía que tomar al toro por los cuernos e ir hacia ello de frente.

Tocó la puerta y esperó, un hombre esbelto y alto, pero tanto mas alto que él, apareció con una dulce sonrisa, que casi parecía angelical. Hubiese creído en aquella primera impresión de no ser porque sabía a lo que venía, y no era para nada inocente.

— Pasa.

Xiao Zhan se hizo a un lado de la puerta para dejarlo pasar y en ese instante su cerebro envió mil señales a sus piernas pues éstas no tenían intención alguna de moverse, más cuando ya se vio dentro del pequeño apartamento, el aroma era tan atrayente que le daban ganas de acurrucarse en medio de este. Definitivamente era un aroma relajante y justo lo que su cuerpo necesitaba.

— ¿Te gustaría un té antes de empezar? creo que tenemos que hablar un poco.

El rubio asintió sin decir nada, su voz no salía correctamente pero contrario a eso, el hecho de que fueran a hablar de lo que esa noche harían comenzó a despertar en él una excitación casi salvaje y tratando de ignorar eso se acomodó en el sillón a un costado tratando de calmarse, era increíble el poder que tenía Xiao Zhan sobre él pese a que aún ni siquiera estaba en la habitación. El nombrado volvió al poco tiempo con dos tazas humeantes y las colocó en la mesilla que los separaba, luego se sentó solemnemente frente a un nervioso Yibo. Casi parecía un ángel de lo tierno e inocente que se veía ahí, no podía dejar de mirarlo embelesado.

— Bien, Yibo, sé que no sabes tanto de este mudillo y no voy a presionarte a hacer cosas muy fuertes. Quiero trabajar con cuerdas y juguetes, nada muy elaborado. Solo restricciones.

Al escuchar eso al rubio se le vinieron a la mente miles de escenas eróticas que hicieron subir a mil su excitación, hecho que no pudo disimular dado a que sentía su cara arder intensamente.

— Bien creo que por tu reacción esto te llama la atención, pero necesito saber hasta qué punto puedo llegar contigo. ¿Alguna vez has sido pasivo?

—No

Respondió, sintiendo como su sonrojo aumentaba y que ahora podría rivalizar fácilmente con un tomate. Tomo su taza con sus manos temblorosas de la excitación, el té realmente calmaba un poco su nerviosismo.

— Okay, quiero que empecemos con eso, nada muy fuerte, puedes confiar en mí. Necesitamos una palabra de seguridad, algo que puedas decir y que haga que me detenga.

La tranquilidad con la que el pelinegro se expresaba le hacía pensar en toda la experiencia que seguramente cargaba sobre sus hombros, más no hizo comentario alguno, puesto que en su mente no estaba seguro en qué palabra podría usar.

— Eh no lo sé...

Respondió dubitativo.

— ¿Eres más de perros o gatos?

— Perros.

— Perfecto, esa será tu palabra de seguridad, algo fácil de recordar y que te mantendrá tranquilo en todo momento.

Sus palabras de cierta manera eran tan serias y formales que no parecía que estuviéramos hablando de una futura sesión de sexo.

— Ahora la pregunta es ¿estás preparado realmente para esto? no quiero presionarte para empezar desde ya.

placer oculto YizhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora