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sabemos lo que somos, pero aún no sabemos lo que podemos llegar a ser 

–William Shakespeare

–William Shakespeare

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no un lugar donde acabar, pero donde empezar

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El desafío está presente en cada suspiro de vida. Cuando éramos bebes, veíamos el caminar como un desafío; cuando empezamos a caminar, correr era el nuevo desafío. Y así sucesivamente, era inherente enfrentarlos y en ciertas ocasiones sentir temor de lo desconocido que se vestía inquietante. Trataba de recordar el agua y cómo por sí misma encuentra su cauce por propia capacidad, en mi caso esperaba que mi capacidad me guiara en este nuevo desafío.

Quería convencerme de que todos al inicio no nos sentíamos preparados, porque yo sin duda no me sentía preparada; por lo contrario, estaba aterrada a decir menos.

Hacía unos meses que había aplicado a este empleo y trataba de concientizarme que era normal la inquietante incertidumbre que invadía cada fibra de mi ser. Principalmente, por dos simples motivos: uno, no había tenido un trabajo así de demandante antes; dos, era amigos de Emily y no podía hacerla quedar mal.

Emily era de las pocas amigas que había hecho durante mi vida, no todos podíamos mantener una amistad a kilómetros de distancia y diferencia horaria, pero cuando el cariño está presente todo es posible. El vivir en un país ajeno al de origen me había embriagado desde que tuve memoria y por ello tuve que dejar relaciones cuando se presentó la oportunidad, aunque eso implicase perder relaciones que consideraba irrompibles.

–Disculpe –la voz femenina interrumpió mi trance, solo había llegado a enfocar sus cabellos rojos ante la prisa que llevaba, haciéndome reconocer que la hora no estaba específicamente a mi favor.

Aún no era tarde, podía darme la vuelta y regresar a mi departamento. Pero no podía, había luchado por conseguir este empleo y no iba a perderlo por culpa de mi timidez, cobardía o cual sea el sentimiento que estaba experimentando.

Del camino al ascensor y el ingreso a la oficina no podría dar detalles, repasaba mentalmente lo que diría al llegar o recordar el camino correcto a la oficina, del que espero, sea mi próximo nuevo jefe. Inhalé y expiré un par de veces antes de subir unas escaleras que iban conforme a las indicaciones de recepción de la planta baja. Esta entrevista era de lejos el desafío de mi carrera, la UAC es una unidad con perfil impecable e historial admirable, esta oportunidad sonaba irreal.

Conforme me acercaba a la puerta caoba, que esperaba no diera a un cuarto de servicio a ajeno a lo buscado, sentí unas miradas sobre mí; sin embargo, decidí seguir adelante y no mirar porque de lo contrario saldría corriendo en ese mismo instante.

destello | spencer reidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora