Nací en el patio de una pequeña casa, vi a mi mamá y mis hermanitos, ellos eran pequeños y gorditos, yo debía verme igual que ellos.
Mi mamá era grande y bonita, tenía un pelaje café oscuro y unos ojos color miel, era muy cariñosa y juguetona, nos quería mucho y nos cuidaba, nadie nos podía tocar, sólo ese humano.
Él era grande y jugaba con nosotros, él era muy bueno, todos los días nos daba leche y croquetas para comer, correteaba con nosotros y nos acariciaba.
Yo era muy feliz, todo iba muy bien y quería vivir así para siempre pero...una noche que mi mamá dormía el humano se acercó y nos observó.
No parecía contento, supe al momento que no venía a jugar, mis hermanos estaban dormidos y él fue tomando uno por uno y metiéndolo a una caja de cartón.
Yo fui el último al que metió a la caja, no imaginé nada malo, en la caja había pedazos de trapo y estaba suave y caliente, me acurruqué enseguida con mis hermanos y me dormí.
Cuando desperté hacía frío, me desperté y seguía en la caja pero mis hermanos ya no estaban, me asomé por encima de la caja y vi que mis hermanos corrían por todos lados, había mucho espacio, era de seguro nuestro nuevo hogar.
Estaba feliz, corrí con ellos pero después nos dio hambre, buscamos a mamá y al humano pero no los encontramos, vimos humanos parecidos al nuestro pero ninguno nos daba comida.
Ya han pasado algunos años, hoy vi como moría el último de mis hermanos, lo atropelló un automóvil cuando él estaba en la esquina buscando comida, me acerqué pero ya era tarde, lo había perdido.
Yo era el último de mis hermanos, pero no estaba bien, estoy muy sucio y la gente se aleja de mí, antes me lanzaba comida, ahora me lanzan piedras para que me valla, tengo que alimentarme de basura, estoy muy flaco, apenas y puedo correr.
Ayer vi a unos humanos acercándose a mí, me asusté, ya no puedo esperar nada bueno de ellos, iba a salir corriendo pero cuando me di la vuelta choqué con otro humano y me asusté, vi que el humano con el que choqué se molestó y algo presentí que me iba a hacer, pero uno de los humanos que vi primero me cargó y se alejó conmigo.
Estaba asustado pero no lo mordí, yo no era del tipo agresivo, llegamos a una casa donde había muchos animales que me saludaron contentos, no pude evitar alegrarme.
Los humanos me bañaron y me alimentaron, jugaban conmigo y me sacaban a pasear, ahora era otra vez feliz.
Veía que a veces venían humanos y se llevaban a alguno de mis amigos pero lucían contentos, de seguro los tratarían bien.
Un día llegó el humano, lo recuerdo, es él, el que hace tantos años jugaba con mis hermanos y luego nos abandonó, me sentí molesto pero no debía ser como él, le voy a demostrar que no olvido, pero tampoco guardo rencores.
Me acerqué y lo saludé como cuando era pequeño, él me miró y sonrió, en sus ojos pude ver nostalgia, de seguro no me recordaba aunque me pareciera a mi mamá, pero no importa, quería ver a mi mamá de nuevo.
Él habló con uno de los humanos que me cuidaban, después me llevó con él a la pequeña casa donde nací.
Era como la recordaba, pequeña pero agradable, corrí directo al patio, cuando llegue a él vi que seguía igual pero...no estaba, no había nadie en el patio, olfatee lo que vi y reconocí su olor pero mi madre ya no estaba, ella se había ido.
El humano me trató bien durante mucho tiempo, era de nuevo muy feliz, todos los días me alimentaba, jugaba conmigo, paseábamos, creo que se imaginaba que yo era uno de los cachorritos que nacieron ahí, me parecía mucho a mi mamá, y cuando estaba triste olfateaba donde ella dormía ya que aún permanecía su olor y lloraba, él parecía ya haberse dado cuenta.
Todo iba muy bien pero yo ya estaba grande, mi vida se acababa, él me llevaba con humanos para que me curaran pero yo no estaba enfermo, ya era un anciano.
Ahora lo veo a diario desde acá arriba, lo cuido y cuando está triste lo acompaño, espero nunca me olvide.
Lo bueno es que ahora estoy con mi mamá y mis hermanos de nuevo, todos somos muy felices juntos.
Estoy muy feliz porque me di cuenta de que no todos los humanos son iguales y que hay muchos que intentan cambiar sus malos actos, por eso ahora sé que debo cuidarme de ellos pero también sé que hay algunos en los que puedo confiar.
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Un Ángel En La Calle
Non-Fiction¿Alguna vez pensaste qué siente o piensa un animal? ¿No te has puesto en su lugar? Hay muchos animales callejeros, es injusto porque ellos sienten, piensan...sufren. Este es un relato para que reflexiones sobre la vida de un animal callejero. Podemo...