Capitulo 1.

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- Vamos, entren - dices al acarrear a las ovejas hacia su corral

Poco a poco van entrando una a una, su lana blanca había desaparecido debido a que hace poco las habías esquilado, estás calmada y tranquila, ya que hace algunos días te habías sentido muy mal y por desgracia el doctor del pueblo no podía atenderte, él había ido a ayudar a uno de sus amigos, así que tenías que tentar a tu suerte esperando que tú dolor de pecho desapareciera, por suerte solo fue un leve malestar que duro poco, tal vez te habías esforzado demasiado o simplemente tienes que cambiar tu dieta.

Limpias el sudor de tu frente con un pañuelo, cierras la puerta del corral y observas la última luz que se asoma en un bello atardecer, la limpieza de los desastres que dejó atrás la última batalla de los héroes de Karmaland poco a poco se recogen y reparan nuevamente, te da una extraña sensación todo lo que ha pasado en la última semana, como si algo muy malo fuera a pasar.

El día termina y la noche había caído, la gente del pueblo vuelve a entrar a sus casas, pero tú no, debido a que tienes que realizar una última tarea y es meter a las gallinas a sus pequeñas casas, mientras lo haces, miras alrededor una sombra caminar de puntillas entre las calles del pueblo, piensas por un momento que es un zombie o esqueleto pero aquel pensamiento se desvanece al ver un perro plateado seguir la sombra, sonríes para ti misma, es la primera vez que ves en acción a lobo nocturno, el ladroncillo del pueblo.

Algunas veces te ha robado pero desde que has puesto trampas de ratones han dejado de desaparecer tus alimentos y objetos de tu hogar, al término, entras a tu casa para poder dormir cómodamente en tu cama, sin percatarse que algo o alguien te observa desde la ventana.

[...]

A la mayoría le gustan las fiestas y el pueblo no es la excepción, globos de diferentes colores posándose en las casas o postes de las calles, se preparan para celebrar el logro de sus héroes despues de todo siempre ha sido así, aparece una amenaza, los héroes lo derrotan, se construye otra vez el pueblo y se festeja su victoria.

Caminas cargando unas cajas de manzanas, tus cinco árboles que rodean la parte trasera de tu casa habían dado buenos frutos, parece que puedes venderlos en el mercado del pueblo a un buen precio para que hagan sidra de manzana.

- Ay - expresas, algunas manzanas se cayeron y rodaron hasta detenerse a unos cuantos centímetros de ti, intentas recogerlas pero en el momento en que tú mano se poso en la fruta, otra mano se poso encía de la tuya

Levantas la mirada rápidamente esperando a que no sea algún hombre o mujer que estafen y quieran quitarte tu mercancía, al posar tus ojos en el sujeto, no puedes evitar mirarlo fijamente, ojos morados, cabello negro puntiagudo, sin camisa mostrando su cuerpo a todo el mundo aun que tenga cicatrices, además de eso unos pantalones del mismo color que sus ojos.

- ¿Necesitas ayuda chiqui? - pregunto el hombre al levantarse y quitarte una de las cajas de manzanas que llevas cargando

- Señor Vegetta - comentas algo incómoda, eres muy quisquillosa con tus objetos, lo poco que tienes te ayuda a vivir una vida promedió y no quieres que ningún ojos coquetos te quite lo que quieres vender en el mercado

- ¿Señor? - pregunto Vegetta arqueando una ceja - No es necesario las formalidades, tenemos casi la misma edad - hizo una pausa - Vas al mercado ¿cierto? - preguntó, asientes varias veces - Vamos entonces - sonrió aquel hombre de ojos morados

Caminas atrás de él, lleva una mochila colgando en su espalda, una espada y un pico de diamante se asoman, algo extraño pasa, usualmente hasta los héroes del pueblo tienen el ego hasta arriba, pasando por las personas como si nada, hablando o riéndose de ellos, a veces hablan con la gente pero siempre es extraño cuando interactúan con los pueblerinos.

"Siempre te amaré" [Vegetta x Reader] (Karmaland)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora