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Los destellos de sol atravesaban las pequeñas aberturas que había en ambas cortinas cerradas de la ventana, todas las mañanas el sol se colaba por la habitación. Era la tercera vez que el despertador sonaba y fastidiado por el molesto ruido estiró su mano hacia la mesa de noche para apagarlo.

Abrió lentamente sus ojos y los frotó con sus manos hechas en puños, miro el techo gris de la habitación durante unos minutos antes de bostezar por el sueño. Se paró de la cama caminando hacia la enorme ventana que tenía enfrente, abrió las cortinas, luego la puerta corrediza y salió al balcón de rejillas.

Los pequeños rayos de sol que empezaban a salir le molestaban en sus ojos adormecidos, la luz cubría su cuerpo mientras sentía el aura fría tocarle la piel. La mañana era demasiado luminosa para su gusto. Se acercó al barandal frio de metal gris, recargo sus antebrazos y bostezo una tercera vez. Era una vista increíble el sol saliendo por arriba de las montañas con una leve neblina, era una de las mejores cosas que tenía el lugar, aunque eso no era de su interés.

El ruido de un par de ladridos no muy fuertes, pero si lo suficientes para llamar su atención al balcón de lado derecho que no estaba muy lejos de él, lo hizo voltear a ver al pequeño perro de raza Pomerania, color negro con el pecho y patitas cafés.

---hey bola de pelos--- dijo el castaño saludando a su pequeño vecino a quien había visto hace apenas unos días y el pequeño perrito salía todas las mañanas a darle los buenos día ---amaneciste bien he---

Y como si el pequeño animal le entendiera le ladro dos veces parándose en sus pequeñas patitas traseras sacándole una sonrisa enternecida al chico. ---tu dueño sigue dormido ¿no?, bueno te veo en la noche sin falta ---dijo Jungkook adentrándose a la habitación.

Camino por el pasillo frío del departamento, abrió la puerta del baño, se sacó el pantalón del pijama negro que llevaba y se metió a bañar. El líquido caliente recorría su cuerpo mientras no pensaba en nada.

Se puso un pantalón negro una camisa blanca, un blazer negro, sus mocasines negros y salió de su departamento. Bajo por el ascensor hasta el estacionamiento, caminó hacia su Hyundai negro y se puso sus lentes de sol para irse a la oficina. Jungkook trabajaba en la empresa matriz de su padre, si bien le gustaba la fotografía, había decidido dejarla por los videojuegos cuando estos empezaron a interesarle más de lo que ya lo hacían.

El tiempo había pasado. Jin y Yoongi trabajaban con él en la empresa haciendo las melodías de los videojuegos. Namjoon era un muy buen arquitecto y diseñador gráfico a quién Jungkook solía contratar para los logos, portadas y promociones de la empresa, aunque el joven también formaba parte de una empresa de arquitectos. Hoseok, Jimin y Moonbyul fundaron su propia academia de baile.

Cada uno había hecho su vida. Las diferencias del pasado habían quedado atrás. Ahora eran buenos amigos que solían reunirse algunos días para pasar el rato después de semanas de trabajo.

Sus vidas habían cambiado como el hecho de que Namjoon y Jin ahora viven juntos, Jimin y Yoongi siguen siendo novios, Hoseok y Moonbyul se habían casado un año después de terminar la universidad. Jungkook había dejado el departamento que compartía con su hermano, harto de que Jimin se la pasara ahí, parecía el tercer habitante solo faltaba que Jimin trajera sus cosas y se mudara con Yoongi y obvio el castaño no esperaría a que eso sucediera para que prácticamente lo corrieran de ahí.

Llego a la empresa y subió hasta el quinto piso. Se dirigió a la oficina de siempre, entro se sentó en la silla que estaba detrás de su escritorio luego miro el reloj que llevaba en su muñeca. Tres... dos...

---señor buenos días, tiene junta con los directivos a las diez de la mañana, a las dos de la tarde muestras de audio y música, a las cuatro de la tarde la presentación de campaña del lanzamiento del juego, a las cinco de la tarde tiene la cita con los inversionistas en la sala de juntas--- dijo la mujer vestida en un traje gris con el cabello atado en una coleta y una Tablet en su mano derecha.

QUÉDATEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora