Narrador omnisciente
Era viernes, 11:16 A.M., la mañana estaba algo fría, indicaba la llegada del esperado invierno por parte de Diana. Ella, como de costumbre, estaba sentada al final de clase, sin prestar mucha atención a lo que la señorita Martina explicaba en la pizarra, biología siempre se le hizo una asignatura aburridísima.
Hoy salía de la escuela dos horas antes, igual que cada viernes, así que las clases solo se le hacían más eternas esperando la llegada de la 1 P.M.. Además tenía que soportar a los estúpidos alfas que hay en su misma aula, el olor a feromonas a cada rato se le hacía más insoportable y le era difícil intentar no marearse. Ya que en esa clase no había ningún tipo de olor dulce, olor a omega, solo el suyo y el de alguna profesora que entraba. Había otra chica, su mejor amiga Olivia, pero ella es beta, y puede camuflar su olor.
De un momento a otro sonó el timbre del receso. Diana miró la hora que marcaba su reloj de pulsera, 11:30 A.M., suspiró y recogió las cosas cogiendo su almuerzo.
- Hey Diana, vamos. —la voz de Olivia llamó su atención, a lo que ella respondió con una pequeña sonrisa antes de levantarse de su lugar.
- ¿Quieres salir fuera? Han abierto un local de Starbucks cerca, podríamos ir. —pidió Diana haciendo un leve puchero.
- Di, no entiendo como puede gustarte tanto el café, es asqueroso. —le respondió su amiga haciendo una graciosa mueca de asco.
- Vamos Olii, no solo hay café, también venden zumos o batidos. —la rubia terminó de guardar las cosas en su cartera y se la colgó sobre un hombro antes de empezar a caminar hacia los pasillos. — Además, Marco trabaja ahí.
La morena sintió como la sangre subió a sus mejillas y estas tomaron un color rosado, a lo que Diana sonrió con ternura. Lo cierto es que a Olivia le encantaba Marco desde primaria pero nunca supo como acercarse a él. Finalmente, soltó rendida. —Está bien, iremos.
Diana P.O.V.Al fin llegué a casa, y lo primero que hice fue subir con pereza hacía mi cuarto, para dejar la cartera y ponerme ropa cómoda [un pantalón jogger gris y un top de tirantes básico] para después bajar a la cocina y ahí saludar a mi madre.
- Hola madre. —dije dándole un pequeño beso en su mejilla.
- Hola cielo, ¿como te fue? —preguntó fingiendo interés, típico, ahora yo le decía que fue genial y comíamos en silencio junto a mi padre.
- Siendo honesta, fue muy aburrido. Por cierto, mami, los padres de Olivia esta noche viajan a Londres, ¿podría ir con ellos? —fingí un puchero.
- De ninguna manera, estás castigada, ¿recuerdas? —dijo mientras preparaba la mesa y yo le seguía hasta el comedor.
- Pero —empecé replicando pero ella de inmediato me cortó con una mirada.
- Nada de peros, terminas de comer y a tu cuarto. —me quedo callada y empiezo a comer sin quejarme. Me merezco el castigo, no lo niego, pero la verdad es que el director se veía divino con el cabello rosa.
Después de un rato mi madre decidió romper el silencio. —Por cierto, cariño, tu padre y yo saldremos el fin de semana, iremos a visitar a la abuela a Holmes Chapel. —y sin decir nada más, se levantó recogiendo su plato y llevándolo a la cocina antes de subir a su cuarto y encerrarse a hacer la maleta, supongo.
En cuanto escuché esas palabras ya sabía que pasaría el sábado por la noche, haría una fiesta.
Para ser sincera no me gustan mucho las fiestas, pero me encanta enfurecer a mi madre, así que, ¿por qué no hacerla? ¿Qué podría pasar?
🌻🌻🌻
Bueno es la primera vez que escribo y admito que no se me da nada bien pero tengo demasiado tiempo libre y nada más que hacer, así que aquí les dejo el primer capítulo de lo que va a ser mi novela, besitos. 💕
ESTÁS LEYENDO
//𝘱𝘦𝘳𝘧𝘦𝘤𝘵.
Teen FictionDiana es obligada por su madre a marcharse de Inglaterra, a una academia de señoritas refinadas donde le "ayudarán" a comportarse como la dulce y delicada omega que tiene que ser. Es ahí, en Estados Unidos, donde conoce a Oliver, el hijo de Georgia...