One Shot Kacchaco

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DISCLAIMER
Ninguno de los personajes en esta historia me pertenece.
ESTE ES UN FIC KACCHACO
Si no formas parte del fandom de esta ship evita leerlo y causar problemas con otras lectoras, estoy segura que hay fics hermosos de tu ship predilecta.

Estábamos bailando... Probablemente muy ebrios para pensar lo que sucedería después. Jamás te había visto bailar de hecho y no lo hacías para nada mal si tengo que ser sincera en algún punto de esta historia. Mi cabeza daba vueltas, no sabía si el alcohol era lo que me embriagaba o tu aroma al bailar tan cerca de mi. Las luces en un tono violeta bañaban nuestra piel y aún así podía ver el rojo vivo de tus ojos como si estos no pudiesen ser dominados por el neón.

Mis manos ascendían por mi cuerpo hasta quedar en el aire mientras bailaba, te miraba en el proceso y sonreía para después cerrar los ojos y dejar que la música me erizara la piel. Me frotaba una y otra y otra vez más ¿Lo estabas captando? Eso creí cuando tomaste mi cintura y me pegaste a tu cuerpo, el aliento cálido chocando en mi cuello me generó escalofríos.

Tus labios tenían un ligero sabor a miel quemada y alcohol fuerte.

(Side note: La miel quemada es considerada letal pues pierde sus propiedades y se transforma en una goma parecida al alquitrán)

Me arrinconaste en una esquina del club, tus besos eran tan sofocantes que sentía como mis pulmones exigían oxígeno sin embargo no me hubiese importado desfallecer asfixiada por besarte. Quería que me consumieras así como lo hiciste en la parte trasera del taxi rumbo a una habitación.

Azotamos la puerta dejando nuestros zapatos y la cordura en la entrada. A ciegas caímos en la cama pero esa noche ya estábamos acostumbrados al abismo que conocíamos el camino perfectamente. La ropa nos estorbaba y fue un placer rasguñar tu espalda tonificada mientras me hacías venirme. Tu voz grave y rasposa diciendo mi nombre antes de hundir tu rostro en mi pecho.

Nunca habíamos sentido algo así y podía saberlo por cómo no retenías los gemidos en tu garganta, quería que lo hicieras una y otra vez mientras me aferraba a tu cuello y mis piernas se anclaban a tus caderas.
Tirabas los condones a un costado de la cama cuando yo apenas tenía tiempo para limpiar el sudor de mi frente. No fue hasta que la fatiga y mareo era mayor a nuestra ebriedad y calentura que decidimos parar. Jadeabas mucho más fuerte que yo, tu pecho subía y bajaba notoriamente mientras que yo podía jurar que mi corazón saldría de mis entrañas en cualquier momento.

La luz del sol en Domingo comenzó a filtrarse por la ventana y gruesas cortinas, los rayos se acercaban a nuestra piel así como la vergüenza y arrepentimiento. Abrí los ojos y cada giro de las hélices en el ventilador del techo traía un recuerdo más aterrador que el otro. Me levante de golpe y tu ya estabas en la orilla de la cama leyendo los mensajes y llamadas perdidas de tu pareja.

"¿Kacchan está todo en orden?"

"¿Cómo te fue ayer con los chicos la pasaron bien?"

"De seguro fue genial y terminaste agotado ¡Descansa! Pero no olvides nuestra cita de mañana en la tarde."

"Buenas noches Kacchan. Te amo."

Fue lo que alcance a leer en la pantalla de tu teléfono. Entre el silencio ambos recordamos ese pequeño detalle... Tu no me pertenecías.
Estabas tenso, tanto como yo.

Me acerqué a ti aún desnuda por que a este punto el pudor ya no existía entre nosotros. No podías mirarme a los ojos, descuida yo tampoco podía hacerlo. Ambos refugiamos la mirada en tu teléfono, en los mensajes y llamadas perdidas de un solo contacto. Mi subconsciente engaño a mi cerebro y habló por sí mismo estipulado la sentencia de muerte a nuestro irreparable error.

—¿Vas a decirle?.

¿Vas a decirle? - Kacchaco One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora