Wild Shield

Los días antes de la Ola.

 Capitulo dos: Los días antes de la Ola.

Ya son dos semanas de que estoy en este mundo, logre con éxito que el rey y los demás piensen que el héroe del escudo esta muerto, pero, no ha salido una noticia oficial al respecto.

Actualmente he llegado al Lv. 10 y he desbloqueado muchos escudos, ahora tengo la habilidad de [Cosecha] me permite mejorar enormemente la calidad de las hiervas medicinales, con [cocinar] y [combiar] puedo procesar esas hierbas y hacer medicina.

Los escudos que desbloquee son

[

Escudo de Aire, escudo de cuerda, escudo naranja, escudo reflejo, escudo de hoja

]

El escudo de aire era eso, un escudo que podía hacer aparecer en el lugar que quisiera, podías sacar un segundo escudo, seria útil tanto para la defensa como de apoyo para saltar obstáculos, el escudo de cuerda me permite atrapar y atar enemigos, aun que también tiene muchos usos útiles, el escudo naranja lo obtuve de los primeros monstruos que case, el escudo reflejo fue un experimento, absorbí la energía del Moko Takabisha, este escudo absorbe los impactos de energía hasta cargarse completamente, luego puedo disparar esa energía de vuelta.

Me registre en el gremio de aventureros como Ranko, no diría que soy "la maestra del disfraz" pero, nadie ha podido reconocerme, por lo general utilizo el escudo del hereje cuando estoy en la ciudad, este escudo me permite utilizar la espada corta, su diseño es redondo, mucho mas grande que el escudo base, también tiene un borde dorado y el interior es de un color plateado, el diseño es un grabado de una cruz invertida.

Actualmente estaba bebiendo en un bar, si, ahora puedo disfrutar del alcohol, luego de mucho intentarlo, logre adquirir la capacidad de reducir o anular ciertas habilidades y resistencias que me da el escudo, claro, no soy tan idiota como para desactivar la resistencia al alcohol por completo, solo la redije del 100% al 70%, esto me permitía mantener un efecto controlado del alcohol sobre mi, en la universidad bebí bastante con mis compañeros, una vez estuve tan borracha y deprimida que bueno, es mejor no recordarlo, en todo lo siento mucho Naofumi-san, te quite tu inocencia, me disculpe internamente con mi compañero, ¿me pregunto que estará haciendo ahora?.

Este país no es tan malo, por lo general si un hombre se me acerca basta con decir que no estoy interesada para que se aleje, claro, siempre hay algún idiota que insiste, pero solo debo amenazar con llamar a la guardia y con eso se retiran.

Por supuesto, esto funcionaba con el común de la gente, los nobles eran otra historia, ellos utilizarían su poder para conseguir lo que quieren.

Decidí retirarme por esta noche, no temo caminar de noche por las calles, incluso si me rodearan 20 personas podría sacármelos de encima, creí que iba a ser una noche tranquila, pero, una figura me observaba desde un oscuro callejón.

Era un hombre algo bajo y un poco subido de peso, llevaba un traje azul marino, debajo llevaba un chaleco color fucsia, y una camisa blanca, su rostro era adornado por un bigote y unos lente gruesos de forma circular, también llevaba un sombrero de copa.

"Pareces una joven y solitaria señorita que necesita compañía." Él dijo eso con una sonrisa, no podía sentir hostilidad de él, sino todo lo contrario, esa sonrisa era la sonrisa de un vendedor.

"No suena como si estuvieses coqueteando, así que, ¿ofreces algún servicio de compañía nocturna o algo?." Pregunte, en ocasiones mis amigas de la universidad me llevaban a clubes de strip tease masculinos, no siento ninguna atracción por los hombres, aun que eso es desde la perspectiva de mi mente, mi cuerpo reacciona de formas extrañas aveces, afortunadamente nunca acepte pagar por esos servicios, aun que hubo algunas veces en que ellas pagaban por que "no podían aceptar que una de sus mejore amigas sea virgen", eran buenas amigas, Minako, Ami y Usagi, curiosamente mi terapeuta también se llamaba Ami, por otro lado, Michiru y Haruka quienes comprendían mejor mis gustos me llevaban a clubes mas dirigidos para los hombres, aun que ser mujer no te impedía disfrutar del espectáculo.