Empieza un nuevo día en un tranquilo pueblo en California, Estados Unidos. Este es bastante conocido por la proximidad con una de las universidades más famosas del país, los jóvenes universitarios que no tienen tantos recursos recurren a mudarse a esta zona, ya que la renta es mucho más barata que vivir en la ciudad, aunque ese no es mi caso.
—"¿Quién es ella? Es muy linda...¿La conoces?"— Dijo un chico de no más de 18 años.
—"¿Ella? Solo es la chica de Medicina, su nombre era...Irina, creo."— Respondió un chico del departamento de informática, el año pasado estuvimos en la misma clase.
—"¿Y eso que? Se ve muy sexy..."— Dijo. Me detuve y los miré.
—"No creo que te convenga, novato."—Dijo el otro riendo.
—"No me importa que me convenga, solo la quiero en mi cam—"
—"¡Ustedes dos, callense!"—Interrumpió otro chico.—"¿No ven que ella está mirando?"— Y sus caras cambiaron de manera cómica, si tan solo la situación me provocara risa el ambiente no estaría tan tenso. Los mire por unos segundos más antes de darme la media vuelta e irme a mi clase.
Seguí caminando por los pasillos hasta llegar al pabellón de medicina. Mientras caminaba podía escuchar distintos grupos de personas hablando de distintos temas, algunos hablaban de sus vacaciones, el semestre y unos chicos trasladados de otra universidad. Como no me importaban solo seguí hasta llegar al salón de mi primera clase, llegué media hora antes de iniciar las clases, por eso mismo el salón estaba vacío. Subí unos cuantos escalones para llegar a uno de los puestos más alejados de la pizarra, cerca de la ventana. Me puse mis audífonos y puse un poco de música, mientras la tarareaba en voz baja, casi como susurros, observaba por la ventana como las personas iban y venían. Pude ver a un chico rubio de ojos grises rodeado por varios alumnos, en su mayoría mujeres, mi canto fue detenido por una mueca de asco, él era Nicolás Mayer, el capitán del equipo de la universidad, estudia para ser un jugador de rugby profesional. Todos lo conocen, pero lo único angelical es su apariencia, su inexistente empatía hace un "encanto" en el lado femenino, y claro, él no desaprovecha la oportunidad. Para mi es un completo imbécil, pero lamentablemente he tenido que convivir con esa arpía, para mi mala suerte, tiene cierta obsesión en mi, por lo que tengo que aguantar sus constantes acosos.
Pasaron 20 minutos, la clase estaba casi llena. Conocía a la mayoría de personas que estaban en esta, pero pude ver unas caras nuevas, aunque no era como si me importara. Seguí escuchando música, hasta que siento una presencia a mi lado. No volteo a ver, el profesor llegó a los pocos minutos y empezó la clase. Saque un cuaderno de mi mochila y un lapiz negro, por el ravillo del ojo pude ver a la persona al lado mio. Era un chico, su pelo castaño era muy lindo, era un poco largo, pero no mucho. Este miraba atentamente al profesor, en ningún momento se presentó, pero no era como si me afectara en algo.
Seguimos en silencio hasta que la clase terminó. Mientras guardaba mis cosas escuche unos pasos acercarse donde estaba, los tacones golpeaban el suelo, pero no me gire, sabía que yo no era el interés de esas chicas.
—"¡Hola! Debes ser nuevo, ¿No? Nunca antes te había visto"— Dijo una de ellas con su aguda voz.
—"Soy transferido de otra universidad."—Dijo cortante y simple. El también arreglaba sus cosas, sin prestarle mucha atención a las chicas.
—"¿Tu eres uno de los chicos transferidos? Están hablando mucho de ustedes por allí"—Dijo otra chica.— "Si necesitas ayuda en algo puedes acudir a nosotras."— Termine de alistar mis cosas, así que empecé a bajar las escaleras. Cada vez sus voces eran más distantes.
—"Si, nosotras conocemos bien la universidad, así que si...— Hasta que ya nos las escuche más. Me molestaban sus voces. Las conocía desde que entré a la universidad y sabía que esa era su técnica de coqueteo, poner voces lindas y ser amables. Era tan predecible y estupido, así que mientras menos me involucre con ellas, mejor.
Tenía unos 30 minutos antes de volver a mi segunda clase del día, así que decidí ir a descansar a la facultad de música, aparte de que me quedaba cerca de mi próxima clase. Era una de las más alejadas, aparte de que en el patio se podían escuchar bonitas melodías. Mientras caminaba, pude ver como los típicos maleantes molestaban a un novato. Estos estaban discutiendo, pensaba ignorarlo, hasta que escuché un golpe. Me odie a mi misma por quedarme parada, sin poder avanzar.
A cada golpe que le daba una maldición salía de mi boca. Vi al chico en el suelo, apunto de levantarse, pero una patada en el estómago lo devolvió al piso. El matón iba a patearlo nuevamente...
—"Oye, imbeciles."— Dije, ellos se dieron la vuelta para ver que clase de idiota se enfrentaba a ellos.
Si, idiota. Solo hable para distraerlos lo suficiente para que el chico en el suelo se recuperara, pero yo soy más idiota por enfrentarme en un 1 versus 3.
—"¿Qué mierda dijiste?"— Dijo el líder.
—"¿No me escuchaste? ¿Acaso tengo que hablar más alto? Estupido sordo."—Dije. No aprecio mi vida.
—"Eres la pequeña perra de medicina, al menos no tendrás que llamar a un doctor cuando termine contigo."— Dijo enojado
—"Intentalo retrasado."— Y mi comentario lo enojo más, si eso es posible.
—"Déjenme a esta puta, la destrozare en dos segundos."— Dijo sonriendo socarronamente
Él lanzó el primer golpe, el cual esquive, pero no vi el otro que impactó en mi costilla. Retrocedí, mi costilla dolía, pero no estaba rota, el gangster vino de nuevo a golpearme. Evite el golpe en mi rostro, golpee su hombría, cayendo al suelo instantáneamente soltando un gemido de dolor. Aproveche el momento, golpee su estómago y le pegue una patada en la cara, haciendo que su nariz sangrara en cantidad. Note muy tarde que uno de sus secuaces estaba detrás mío, él me agarró de los brazos y otro aprovechó de lanzar un golpe en mi cara, mi labio se partió y empezó a sangrar, aunque alcance a patear al que me golpeo. Con un cabezazo hice que el otro me soltara, para después golpear en su mejilla con un puñetazo.
—"¡Son unos inútiles! ¿Como mierda no pueden con esa tipeja? ¡Estupidos idiotas, vámonos!—Dijo el líder agarrando su nariz.—Esto no se quedara asi, perra...—Amenazó y desapareció en los callejones.
Caminé hasta el chico que estaba en el suelo, me miraba de arriba hacia abajo. Solo le tendí mi mano, él la miró y se quedó quieto.
—"Vamos, me estoy cansando aquí."—Dije para que la aceptara, y eso hizo.
—"Lo siento..."—Dijo mirándome.
—"¿Por qué te disculpas? Hace tiempo queria golpear a esos imbeciles."— El solo rio.
—"Me llamo Tobias Rogers, pero puedes decirme Toby."—
—"Irina Petrov."—
—"¿Eres rusa? ¡Genial!"—Dijo emocionado.—"Por cierto, gracias por ayudarme. Estuviste increíble, te debo una. ¿Quieres almorzar algún día?"— Invitó.
Iba a negarme, pero vi que sus ojos brillaban de emoción. Simplemente no pude.
—"Claro, este es mi numero, por si algún día necesitas ayuda...."— Dije desviando la mirada.
—"¡Muchas gracias, eres muy amable!"— Dijo. —"Me tengo que ir ahora, nos vemos después Irina."—Dijo mientras se alejaba.
—"Adiós Toby."—Le dije.
Fui en dirección contraria a la del chico, ya que no podía llegar a la clase con el labio ensangrentado iba al baño de chicas. Vi cómo algunas se arreglaban el maquillaje, pero al ver mi cara herida se alejaban. Me mire en el espejo, mi pelo liso estaba desordenado, mis ojos cansados y ahora unos lindos golpes en mi cara. Tome un poco de agua del grifo y limpie mi labio, por suerte el corte no era tan profundo, así que sanaría pronto. De mi mochila saque unos parches para cubrir la herida, y con un pedazo de papel empiezo a limpiar mi cara. Después de unos minutos termino mi acción, boto el sucio papel al basurero y empiezo a peinar mi cabello con mis manos. Me veo en el espejo y decido que estoy lista.
Evitando las miradas curiosas de las chicas, salgo finalmente del baño y empiezo a caminar hacia el aula donde pronto iniciará la clase. Camino más rápido de lo habitual, el profesor es muy estricto con los horarios, reprobar por inasistencia no estaba en mis planes, pero estaba distraída. Tan distraida que choque con un chico, cayendo ambos en el suelo.
"¿Acaso no podria tener un mejor día?"
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L I E
FanfictionLo que Irina recuerda de su madre es alcohol, humo de cigarillo, lapiz labial rojo y su famosa frase: "Recuerdalo Irina, todos mienten." La mujer murio hace años, pero impacto en la infancia de la chica, quien estudia Medicina en una reconocida univ...