Alguna vez has oído hablar de los Ruiseñores?

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Nunca me he sentido más aliviado en mi vida que haber terminado los estudios, incluso he llegado a pensar si después de esto seguiré leyendo más libros. Es un poco extraña esa sensación, tal ves estoy divagando demasiado. Mi amigo Lucien se me acerca, me pregunto qué querrá ahora que ya hemos terminado esta etapa, supongo que viene a decirme algo.   —Galo! Me da gusto encontrarte por aquí, no te había visto en el auditorio —dijo Lucien— ¿Otra vez escapando a escondidas?—.   —Nada de eso, Lucien. No me he escabullido siquiera—.   —Bueno, Galo. No debí haberte visto. Sabes, a veces pienso que eres bastante bueno acercándote a las personas sin que ellos se den cuenta—.   —Me gusta ser precavido, te pronuncias mucho en tus pasos Lucien, puede que algún día te descubran si estás metido en algo... Cómo podríamos decirlo... Ilegal?—.   —No seas así, seguro no me pase nada nunca—.   —Hmm... Esperemos que solamente sea eso—.

Ha pasado una semana desde la graduación, tal vez sea tiempo de ponerse a pensar en mi futuro aquí en Cyrod, aunque no me guste estar aquí. No es por ser amargado, Cyrodiil es una bonita ciudad, la gente es agradable y las cosas que se pueden hacer aquí son variadas, supongo  que como en cualquier otra ciudad principal. A mí me adoctrinaron para ser todo un erudito, no es algo malo, es solo que ¿No les parece algo aburrido y pesado el tener que leer libros y pergaminos todos los días? Literalmente, que es así. Pasado un mes, encontré un oficio en el Templo del Único, ayudante del sacerdote, aunque sirvo más como bibliotecario. ¿Para esto estudié tanto? Para que no me aceptaran en el Sínodo o en otro lado más importante, aparte de que me pagan una miseria, es simplemente injusto.

Han pasado semanas, es el día 30 de Fuego Hogar del 150 de la 4E (Cuarta Era), aunque no me guste del todo mi trabajo, he aprendido mucho gracias a los libros de este gran Templo, sencillamente fascinante son todos los relatos, notas de expedición y reportes que se guardan en este lugar, hay mucho que ver allá afuera y los sacerdotes deben quedarse custodiando a los 8, incluso, me pareció curioso que no se nombre a un noveno ¿Han leído alguna vez "El Error de Talos"? El debate sobre él sigue siendo un tema controversial hoy en día, siendo que eso pasó hace tanto tiempo. Bueno, no me desvío más, he decidido irme de aquí, irme de esta ciudad, de esta provincia, irme lejos, definitivamente. Quiero explorar qué hay más allá. Dicen que el mejor lugar para empezar es en el Colegio de Hibernalia, está muy lejos de la provincia Imperial pero no es imposible llegar, solo tomará tiempo.

Una vez pasado Bruma, un lugar que está rosando la frontera con la provincia de Skyrim, llegó la hora de pasar por el puesto imperial para poder atravesar la frontera. Seguramente se preguntan cuál es la provincia de Skyrim, bueno, se ubica al norte de todo el continente de Tamriel, dando paso al Mar de Fantasmas. Skyrim es un lugar que una vez perteneció a los Elfos de las Nieves ¿Qué habrá sido de ellos? Estoy divagando otra vez, odio eso. Pasado unos minutos, logré llegar al puesto Imperial, está repleto de soldados imperiales, ni el mismísimo Emperador tiene a toda esta guardia, seguramente debió haber pasado algo. La noche está por caer, mejor esperaré un rato, no pienso pasar por ahí sin que me atraviesen la espada por detrás. El Beso de Secunda se asoma por las montañas, ya es hora. Veamos, las grandes puertas están cerradas a cal y canto, hay dos soldados arriba, 4 abajo custodiando las puertas, por el lado izquierdo está rodeado de rocas, pero por el derecho se puede ver un hueco, debo atravesarlo usando los arbustos a mi favor. Mientras atravesaba los arbustos, estaba apunto de pasar por el dichoso hueco, pero, de pronto oigo caballos, quizá se acerca un carruaje, espera, no, se trata de una patrulla Thalmor, el Dominio de Aldmer sigue más presente que nunca. ¿Quién va a la cabeza de la patrulla? Espera... ¡¿Se trata de la mismísima Elenwen?! ¿La embajadora Thalmor con un grupo de soldados a su lado? Si ella va hacia Skyrim, eso quiere decir que hay problemas en la provincia, tal ves, quién sabe. Esperen un momento, se bajó del caballo, hablará con el Cuestor a cargo de la puerta fronteriza.  —Cuestor de la puerta fronteriza, el Dominio de Aldmer desea la entrada hacía la provincia de Skyrim—.  ¿Con qué propósito va hacia Skyrim, embajadora?—.  Eso no es asunto de usted, Cuestor. Tenemos asuntos importantes que atender en la provincia, asuntos de suma delicadeza—.  Ehh... Si me disculpa, embajadora, no podemos abrir la puerta si no trae una orden directa del Emperado...—.  El Emperador de Tamriel sabe perfectamente a qué vamos, Cuestor, si no nos deja entrar a la provincia, se las verá conmigo después ante el mismísimo Emperador o lo que es peor, con el mismísimo Dominio  —el Cuestor se queda estupefacto, no sabe qué decir— No quiere que su familia sea llevada a la Embajada también por culpa de usted, no? (El soldado tarda en vacilar, vamos, hace algo hombre!)  —¡Abran las puertas, den paso a la embajadora Elenwen!—.  Al rato luego de pronunciarse, la embajadora pasa por la puerta, un soldado se acerca demasiado a donde estoy cuando la abre, tuve que agacharme al instante para que no me viera. El soldado detecta algo, huele algo, maldita sea, debe ser el pan y la carne que llevo en la bolsa.                                                 —¿Qué ocurre soldado?—.  No es nada, creo que hay un animal muerto aquí—.  Bah, no le des importancia, vamos, cierra la puerta—.  El soldado solo se pone a mirar un rato y luego se va a cerrar la puerta, ahí aproveché el momento para atravesar el hueco. 

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⏰ Última actualización: Jan 23, 2021 ⏰

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