. .Salía con una niña que por su forma de
mirarme, me miraba como si yo fuese el niño más hermoso sobre la tierra, me miraba como una persona digna de admirar, en su mirada se notaba que estaba tan orgullosa de mi.
Salía con una niña que llegó a conocer como me gusta el café, ese punto justo donde no me gusta un café caliente y en cierto modo me gusta negro, donde dos huevos revueltos siempre serán mejor que uno para el relleno.
Salía con una niña que conoció justo a la perfección mi forma de cantar, con el corazón mis canciones preferidas junto a mi guitarra.
Salía con una niña que llegó a saber cada maña, la forma rara en que coloco mis pies en forma de V, que no me gusta estar descalzo, que amo comer pabellón y me gustan mucho las empanadas que mi mamá me hace, arepa con queso no es comida para mi y cuando me molesto me suele doler la cabeza, ama mi forma de ser y de expresarme, ama mi carácter y mi forma de ser audaz como un líder de nacimiento. Ama cuando la regaño por llevarse el cuchillo a la boca cuando come. Ame poder llamarla en la madrugada siempre, o que estuviera ahí por teléfono, amo cuando ella se alegra tanto al bañarnos juntos, ama de una forma muy sublime mi humor amargado y conoció la forma dura en la que me criaron, y hoy por hoy entiende el caos que estoy viviendo al querer quemar etapas y las responsabilidades que tengo encima.
Ella conoce cuando mi sonrisa es genuina o cuando una sonrisa es fingida, que haría lo que sea porque siempre tuviese mi sonrisa, y ni hablar de cómo tiene esa hermosa administración por mis hoyuelos, según ella pudiese comerlos a besos.
Salía con una niña que con solo mirarme sabía si tenía algo. Con solo una mirada podía preguntarme el porqué de mi molestia, mi tristeza, o mi incomodidad.
Salía con una niña que siempre supo como hacerme feliz, como sacarme las mejores sonrisas, que supo consentirme y sacarme de mi peor momento.
Salía con una niña que me mostró que los hechos de la vida siempre pueden verse positivos aunque sea un mal momento, que el vaso siempre está medio lleno, y que todo tiene algo bueno en cierto modo.
Salía con una niña con la cual viví muchas cosas por primera vez, escapadas de la universidad, un fin de semana juntos, hacer el amor por primera vez y no solo tener sexo, incluso llegar a hacerlo con esa adrenalina de que no nos vean, vernos toda la semana y ser realmente feliz, llegue a hacer en ella que me dijera te amo muchas veces al día cuando ella no salía decir esa palabra tanto, me acompañó a esas clases de natación y cantabamos los mejores coros de las canciones en el carro.
Salía con una niña que me llenaba el alma.
Salía con una niña que me enseñó que es el amor, que es un amor de verdad.
Salía con una niña que hizo de mi mayor sueño el suyo, y que cuando esté volando ella estará presente en cada dibujo que pueda ver en las nubes, en el azul del cielo como nuestro lo es nuestro corazón.
Salía con una niña que me hizo sentir su príncipe azul, ese que aunque suene tonto llega en su caballo a rescatar a su princesa porque siempre la protegía y ella aunque sea una princesa se ponía - capa y espada- para protegerme a mi de cualquier cosa que me hubiese hecho daño.
Salía con una niña que la primera vez en la cual hablamos me sentí cómodo, que podía contarle cualquier cosa que sucedería en mi mente, me sentí cómodo hablado sobre cualquier tema y sobre todo contándole mis asuntos personales, ese pequeño caos que todos llevamos dentro - familiar, sentimental, incluso cuando te sientes desenfocado contigo mismo -
Salía con una niña la cual hizo de sus brazos mi hogar, convirtió "Los hombres no lloran" en que pudiera llorar como niño chiquito en sus brazos, y que con ella dejar correr las lagrimas no era problema.
Salía con una niña que estaba llena de magia, de alegría, de vibras bonitas, lo puro de su alma y la calidez de su sonrisa.
Salía con una niña que supo hacerme el amor desde el corazón y con el alma.
Salía con una niña que me enseñó tantas cosas, creer en mi mismo, creer que soy un líder, creer que soy un buen hermano, un excelente hijo y una gran figura de lo que es ser un verdadero hombre.
Salía con una niña que me amo y aprendió a amar mi alma, así, sin más.
Salía con una niña que me dio el valor de hablar, hacer cambios en mi vida, empezando por mi título universitario a algo que se acercase un poco más a lo que me gustara.
Salía con una niña que con sus abrazos me hacía sentir seguro.
Salía con una niña que me besaba con pasión, ternura, con deseo... con amor del bueno. Que ama posar sus grandes labios sobre mi cuello haciendo que mi piel se rice siempre.
Salía con una niña la cual me venía como su inspiración y me decía los te amo más honestos que jamás habré escuchado.
Salía con una niña que aunque falle me sonrió y me dijo te amo, sin juzgarme solo me dio un abrazo aquella tarde, "todo estará bien" fue lo que dijo luego de acurrucarme entre sus brazos aunque su corazón estuviese arrugado y con lágrimas en los ojos.
Salía con una niña que aunque sus chistes son muy malos seguro te iban a robar una sonrisa.
Salía con una niña con la cual podía ser un adulto a la hora de hablar las cosas y solucionar problemas, también podía ser un pequeño niño cuando me decía "Vengase para acá mi príncipe picioso" esa vocecita que me ponía me hacía sentir el ser más mimado que podría existir.
Salía con una niña la cual amaba que le cantara para dormir y ante las primeras melodías de mi voz cerraba sus ojitos para probablamente soñar conmigo. Ella jamás me dejo dormir con lágrimas en los ojos, o dormir estando con el corazón intranquilo.
Salía con una niña que me hizo sentir que es encajar perfectamente, que tu cuerpo alto se acople a su estatura tan pequeña, como mi mano va perfecta con la suya, como hace de un beso suyo en mi frente cuando esta acostada encima de mi pecho que sea paz y calma.
Salía con una niña que no cree en las promesas y aún así prometió estar en buenas, malas y peores, jamás me falló, jamás me dejo caer y sé que siempre estará.
Salía con una niña que llegó a idolatrarme, ponerme en ese pedestal que siempre creaba en su mente.
Salía con una niña risueña que creó las reglas de príncipe y princesa solo para nosotros dos, ese cuento de hadas nuestro con los pies bien puestos en la tierra y la mente las nubes.
Salía con una niña que jamás soltara mi mano y aprendió a caer de pie cuando solté la de ella.
Salía con una niña que me amo de aquí a Plutón que se perdió en el universo dando vueltas infinitas a pasitos de tortuga con caracol combinado.
Salía con una niña que conoció todo de mi, como si fuese yo su mayor pasión en la vida.Escribí la palabra niña porque siempre me hiciste sentir tú niña, tu princesa, tu angelito de la guarda. Hoy por hoy me enseñaste a ser una mujer fuerte con todas las cosas que vivimos estos últimos meses 💙