Entre dos mundos

Un extraño suceso

En un solitario apartamento se encontraba una chica de cabellos cortos y rosas admirando el paisaje que su balcón le otorgaba, pudiendo notar las luces que toda konoha desprendía a esas horas de la noche, podía ver a las familias pasar tomando de la mano a sus hijos, a las parejas tomadas de la mano riendo y disfrutando de esa hermosa noche, la verdad era que no era una noche fría, era una noche bastante cogedora, a pesar de ello la chica sentía aquella noche como una fría de invierno, se sentía tan sola, sentía que algo le faltaba, que había algo en su vida se estaba apagando, a pesar de que tenía sus amigos que se preocupaban por ella, a Naruto, y Sasuke que le mandaba cartas preguntándole cómo se encontrava. O pero no la malinterpreten, eso no quiere decir que no les tuviera cariño a sus amigos, ella los quería a cada uno por igual, pero para nadie era sorpresa que Naruto y Sasuke eran más que amigos para la rosada, ellos eran como su familia.
Su familia....realmente los extrañaba, quizá por eso se sentía tan....vacia.
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-Realmente los extraño, a ambos, no tienen idea de la falta que me hacen- una sonrisa melancólica se asomó en sus labios - jamás pensé que tús regaños me harían tanta falta mamá, ni tampoco creí que extrañaría tus chistes tan malos papá- los echaba de menos, lo único que tenía para recordarlos era un hermoso reloj, que en el interior tenía una brujula de símbolos extraños que no apunta a ninguna dirección, este fue el último regalo de sus padres por su cumpleaños número 15, ya que durante la guerra su casa fue destruida como muchas más, no pudo rescatar nada, todo era escombros, agradecía haberle echo caso a su madre cuando le insistió en llevarse un retrato familiar de su familia entre sus pertenecías cuando se mudo a su actual departamento.

-Ja hasta parece una burla del destino el que este departamento no haya quedado dentro de la zona de desastre - comentó con ironía a la nada.

- Pero bueno no ganó nada poniéndome melancólica, tal vez mañana pase a visitarlos mamá y papá, podría llevarle unas flores esas, que tanto le gustaban a mamá - soltó una risita acompañada de un suspiro - es hora de irme a dormir, mañana será un gran día y tengo muchas tareas todavía que cumplir en el hospital, además de que aún estamos checando la construcción del hospital psiquiátrico para niños asi que no tengo tiempo que perder poniéndome melancólica hay muchas cosas que hacer todavía!!